Tradición florida en La Bañeza

La elegancia propia de un día de fiesta solemne se adueñó ayer por la mañana de la recien estrenada plaza Mayor de La Bañeza, debido a la ya tradicional ofrenda floral a la Asunción en el día de la Virgen.

De tiros largos los vecinos de la localidad volvieron como cada año a presentar sus ramos de flores a la Patrona. Flores cargadas de intenciones y oraciones que desde el Ayuntamiento con la corporación municipal, pasando por las más variadas y representativas organizaciones de la ciudad, desde los donantes de sangre hasta las cofradias, así como los clubes deportivos, hasta llegar a las ofrendas de las reinas y las damas de las fiestas se depositarón en el pórtico de la Iglesia de Santa María donde está representada la Virgen de la Asunción en la jambas de las puertas del templo.

Con el portico ya decorado, tras una breve procesión que salía desde el Cosistorio y daba la vuelata a la plaza, encabezada por los vecinos y cerrada por la corporación municipal, los fieles de la localidad iban poco a poco entrenado en la Iglesia, donde a continuación se celebró una Misa en honor a la Virgen de la Asunción en el día de su fiesta y que junto a San Roque son los patrones de la localidad.

Cerrando la procesión, la plana mayor del Ayuntamiento con su ramo, que al igual que el de las bellezas bañezanas se reservaron para el interior del templo. La procesión tuvo una completa representación política, no faltó nadie vinculado en el acto. Para ellos José Miguel Palazuelo, alcalde de la ciudad, también tuvo unas palabras en la oración que protagonizó durante la celebración eucarística que además fue cantada por la Coral del Milenario, que este 2010 cumple venticinco años de historia. En el discurso, el alcalde analizó los problemas del mundo actual, pidió la paz y que La Bañeza sea una ciudad acogedora y tranquila, adaptada a los tiempos y las circunstancias.

Tras el oficio, la Banda Municipla del Música de La Bañeza protagonizó el tradicional concierto en honor a la Patrona, que junto a los recién estrenados cabezudos y los ya existentes hicieron las delicias de mayores y pequeños en el día grande de las celebraciones patronales de la ciudad.