Reportaje | maite almanza
Cestos de zarza de mora
La Cámara ofreció una demostración de artesanías
La plaza Mayor de Astorga se convirtió ayer en una suerte de centro difusor de oficios y trabajos artesanales, de la mano de la Cámara de Comercio que celebraba con este nuevo acto el centenario de su fundación. El Grupo de bailadoras y pandereteras de Velilla de la Reina fue el encargado de recrear ante los asombrados asistentes algunas labores ya en desuso.
Así, las mujeres desplegaron ante los ojos del público el proceso que antaño servía para preparar la lana y utilizarla en tareas textiles: el pelado, el cardado, el hilado y el tejido. Además, hicieron calceta con cinco agujas llevándose la lana al cuello, y elaboraron zapatillas con lana y también con tela.
Otras se atrevieron con tareas de precisión, como pintar a pincel dibujos en paños. Como muestra de esta decoración de telas, mostraban un mantón de manila pintado en lugar de bordado.
Algunas participantes en la demostración elaboraban las antiguas faltriqueras utilizadas para llevar encima objetos de valor o dinero, y otras mostraron su habilidad con el ganchillo en la elaboración de tapetes y de adornos para ropas de niño. Tampoco faltó una exhibición de bordados de un traje típico.
Los hombres no quisieron quedarse fuera de esta actividad y participaron con trabajos considerados tradicionalmente más acordes a su condición. De este modo, un artesano explicó a los espectadores el correcto modo de elaborar un escriño (cesto o canasto empleado para labores agrícolas) utilizando paja de centeno y la peladura de una zarza de mora, concretamente. Otra participante optó por realizar cestillos únicamente de paja.
Y así, con todos los participantes en esta iniciativa ataviados con traje típico, la demostración permitió a los espectadores tomar contacto con labores más propias de otro tiempo. La propuesta sorprendió a muchos, sobre todo a los más jóvenes, que tuvieron ocasión de preguntar la utilidad de gran parte de los instrumentos empleados ayer en esta actividad, y de acercarse a unos oficios que en contadas ocasiones han podido ver en pleno desarrollo. Mientras, los más mayores recordaban antiguos útiles vistos en su casa e intercambiaban impresiones sobre la función de ciertos elementos, como los cestos.
El grupo finalizó su actuación interpretando varias canciones tradicionales, en un intento por rescatar del olvido y tratar de evitar la desaparición no sólo de estos oficios en desuso sino de la cultura del medio rural traducida en composiciones musicales.
El centenario de la creación de la Cámara de Comercio, que se cumplió el pasado julio, todavía deparará algunas actividades más, como una feria de artesanía este mes.