zuares del páramo
Un año con el agua contaminada
Los vecinos llevan un mes con botellas a la espera de que les abran un pozo nuevo
Zuares del Páramo. Seis de la tarde de un sábado cualquiera. Decenas de vecinos se arremolinan entorno a un portalón situado en la plaza de la iglesia. Es el momento del reparto de botellas de agua. El presidente de la junta vecinal se sienta en una mesa donde toma nota de la cantidad que lleva cada uno. Se colocan en fila y recogen los litros solicitados. Cargan los coches, carretillos o se las llevan a mano. Y así todas las semanas.
Esta escena se repite cada sábado desde hace casi dos meses y los habitantes de esta localidad perteneciente al municipio de Bercianos del Páramo empiezan a estar ya hartos y exigen una solución. Y es que no pueden beber agua del grifo porque está contaminada con amonio (fecales).
Los primeros problemas comenzaron hace aproximadamente un año. En uno de los análisis rutinarios trimestrales realizados por el Laboratorio Jiménez encargados por el Ayuntamiento, se descubrió que el agua potable del pueblo tenía unos niveles de nitritos más altos de lo permitido. No era mucho, y por eso se permitió seguir bebiendo. Las cosas habían empezado a ir mal.
El problema se agravó cuando en otro de los análisis realizado hace unos cuatro meses se habían solucionado los excesos de nitritos pero habían surgido otros peores. Ahora el agua contenía demasiado amonio, indicador de contaminación fecal. Ya no era apta para el consumo humano.
En ese momento la junta vecinal intentó buscar una solución rápida. Limpió el depósito de agua y colocó un aparato, una especie de filtro o potabilizador. Pero no sirvió para nada porque los niveles de amonio apenas bajaron.
Dado que el remedio del filtro no funcionó, se informó a los vecinos que no se podía beber agua de las casas. Se comunicó a las administraciones. Y en agosto la Diputación comenzó a enviar botellas de agua para el consumo humano. En el verano el reparto se realizaba dos veces por semana ya que la población en el pueblo es mayor, pero en estos momentos se lleva a cabo un único reparto los sábados por la tarde.
El presidente de la junta vecinal, Herminio Medina, señaló que el problema es muy grave y que es urgente que se busque una solución. Según afirma, los técnicos le han indicado el existen filtraciones en el pozo de captación que contaminan el agua. «Por eso hace aproximadamente un mes presentamos una memoria valorada a la Diputación de León para acometer la realización de un nuevo pozo. Costaría unos 80.000 euros. Pero todavía no nos han respondido nada», comenta Medina, quien añade que el problema puede venir de fugas de la red de alcantarillado de la localidad que pueden llegar hasta el pozo. «La red de aguas sucias es muy vieja, de cemento y está en muy mal estado. Yo creo que el problema puede surgir de ahí», aseguró.
El ambiente en la localidad no está excesivamente exaltado pero algunos vecinos afirman que «ya se nos están empezando a hinchar las narices. Llevamos casi un año con problemas en el agua y no nos dan una solución». Otro señala que «no podemos pasar así el invierno ya que hay mucha gente mayor que no va a poder venir a buscar las botellas de agua y mucha va a beber del grifo» con el problema para la salud que so puede suponer.
Los vecinos, pues, comienzan a estar indignados porque entienden que ante un problema de primera necesidad como éste, nadie les hace caso y las administraciones los tienen olvidados. «Si esto pasara en León se solucionaba el problema en 24 horas. Aquí llevamos dos meses bebiendo agua embotellada y parece que a nadie el importa. Ni siquiera nos han contestado si nos van a hacer un nuevo pozo artesiano», dice otro.
Incluso hay quien ironiza y afirma que «parece mentira; este año que sobra agua para regar las fincas, no tenemos para beber». Así que, de momento, los hay que recurren al buen humor, pero de alargarse en exceso esta situación los ánimos cambiarán a peor y no descartan realizar algún tipo de movilización como medida de presión ante las administraciones para que les den una solución al problema.
Zuares del Páramo, perteneciente al municipio de Bercianos del Páramo, cuenta con unos doscientos habitantes censados, según informó el presidente de la junta vecinal, Herminio Medina. La población se duplica en época de verano. Por eso durante el mes de agosto se realizaban dos repartos de agua semanales. Uno de los problemas que agrava la situación de la falta de agua potable es que un gran porcentaje de los habitantes tiene una avanzada edad, con lo que le es muy difícil ir a buscar el agua que se reparte en botellas de cinco litros.
Mientras tanto, cada sábado por la tarde volverá a repetirse la misma escena en la plaza de la iglesia de Zuares del Páramo. Cada vecino recogiendo agua para su consumo semanal.