Un municipio castigado por las obras del AVE y de la autovía

Aunque reconce el interés general tanto de las obras del Tren de Alta Velocidad (AVE), como de la Autovía León-Valladolid, la alcaldesa de Santas Martas, Aránzazu Lozano, se lamenta del alto precio que su municipio está pagando por el impacto tanto visual como económico que están suponiendo estas obras para sus habitantes. Se trata del mismo precio que además ya pagaron hace diez años por las obras de la León-Burgos, que también atravesaron una parte importante de sus terrenos. A parte de la transformación que en los ultimos tiempos ha sufrido en paisaje de esta zona, por el impacto visual de estas estas dos babilónicas obras de hierro y hormigón, los más perjudicados, en este caso, son los agricultores, que aunque ya no quedan muchos en la comarca, por culpa de la despoblación, son muy importantes y con una gran tradición a sus espaldas. Después de que el municipio se sometiera en el año 2005 a una concentración parcelaria, tras la cual se hicieron todas las infraestructuras necesarias para el regadío, estos terrenos están siendo expropiados ahora por el avance de las obras tanto del AVE como de la autovía, lo que está generando mucha preocupación y descontento entre los habitantes de las localidades afectadas, que a día de hoy no pueden cultivar sus tierras. Por si esto fuera poco, los escasos agricultores que quedan en la zona, llevan años esperando que se realice la concentración parcelaria de secano en las inmediaciones de la N-601, entre Luegos de los Oteros, Malillos y Santas Martas, proyecto que por el momento también se retrasa.