Emotivo y multitudinario homenaje del pueblo a las Hermanas de la Caridad
La villa elogia la labor asistencial prestada por las monjas durante más de un siglo
La localidad de Sahagún rindió en la noche del sábado un homenaje a las Hijas de la Caridad, por su labor constante de atención a enfermos y necesitados durante más de un siglo. El acto se convirtió en el reconocimiento público de todo un pueblo al trabajo que estas religiosas vienen realizando a lo largo de los años.
El homenaje comenzó con un repaso al quehacer de la comunidad en la villa, y alcanzó su momento central cuando, una vez leídos los acuerdos alcanzados por el equipo de gobierno, la localidad acordó rendir homenaje a la comunidad ante la renuncia al Puerro de Oro por parte de las religiosas. La distinción, la de más alto rango que Sahagún otorga a quienes se dedican a trabajar en pro de la villa, fue rechazada por las Hijas de la Caridad ante las discrepancias de carácter político surgidas entre los miembros de la corporación encargados de asignar el reconocimiento. Cabe recordar que la comunidad religiosa manifestó al consistorio que su renuncia a esta distinción no impediría que continuaran trabajando por el bien y las necesidades de la comarca.
El acto incluyó la proyección de un diaporama, que fue desgranando las diferentes etapas por las que ha atravesado la comunidad religiosa desde su asentamiento en la villa. Muchos y variados fueron los recuerdos de un pasado que este acto trasladó al presente en una noche que rindió culto a las religiosas. Al finalizar la proyección el publico, que llenó en su totalidad el auditorio municipal Carmelo Gómez, prorrumpió en un largo aplauso que se prolongó durante varios minutos como muestra de afecto y cariño hacia las religiosas.
Al final del reconocimiento, el párroco Genaro Barreales leyó una carta del Obispo de León, Julián López, en la que el prelado venía a reconocer el valor del trabajo de una comunidad que ha entregado su vida en beneficio del necesitado, y que contenía también una felicitación para las Hijas de la Caridad. A continuación el alcalde de Sahagún, Emilio Redondo, entregó al párroco, que representaba en este acto a la comunidad religiosa, una placa que dejaba constancia del afecto y reconocimiento de todo un pueblo hacia esta comunidad. Posteriormente se le entregó un ramo de flores que pretendía representar la sencillez y la vida de cuantos con el paso del tiempo han ido recibiendo el calor de quienes se entregan a diario por los pobres y necesitados. Los asistentes respondieron de nuevo con un aplauso ensordecedor que duró unos cuatro minutos, y que puso fin al homenaje.
El proyecto de esta comunidad religiosa deriva del año 1878, cuando el por entonces párroco de la localidad, Antonio Ruiz, propuso desde el púlpito emprender un proyecto de ayuda a los más desfavorecidos. Los vecinos respondieron con donativos y limosnas, y un año más tarde se fundó el Hospital de Providencia, para enfermos crónicos, ancianos y deficientes mentales. En 1891, gracias al testamento que dejó Vicente Tomás Franco del Corral, provisor y vicario general del Arzobispado de Santiago de Cuba, se construyó el colegio San José, que atendía a las niñas pobres del pueblo. Un año más tarde llegaron a Sahagún las Hijas de la Caridad, para hacerse cargo de la dirección y administración del hospital y del colegio. En 1905, Antonio Nicolás Triana fundó el asilo. Estas tres instituciones coexistieron hasta 1972, cuando las hermanas reestructuraron sus servicios. Las monjas se centraron en la atención de las personas mayores en el Hogar-Residencia San José, que dispone de 90 plazas atendidas por 39 trabajadores y gestionado por 13 religiosas.