La Ferina se resiente este año con la crisis
Desciende el número de visitas y el balance de ventas en una muestra que reúne 200 puestos ambulantes y que exhibe 40 cabezas de ganado equino y vacuno
Vista parcial de algunos de los puestos y asistentes que acudieron a La Ferina celebrada ayer en Vil
El tradicional mercado ambulante celebrado ayer en la capital lacianiega, denominado La Ferina, dejó patente la situación tan crítica que vive la comarca debido a todas las circunstancias por las que está atravesando el sector de la minería. Tanto por las bajas temperaturas, que no animaban a salir a la calle, como por la situación que atraviesa el sector del carbón, en esta ocasión la muestra se vio mermada en el número de visitas y de ventas.
Muchos de los viandantes señalaban que no iban a comprar ya que su situación económica no se lo permitía, debido a todas las circunstancias acumuladas en los meses anteriores en el sector de la minería, así como al Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que han propuesto hace unas semanas las empresas carboníferas y que ha afectado a numerosas familias lacianiegas.
Respecto a la ganadería, se pudieron contabilizar alrededor de cuarenta cabezas de ganado repartidas entre reses equinas y de vacuno, las cuales se concentraron en el recinto ferial de Las Rozas, en el que se observó que cada vez tiene un menor peso la ganadería.
Por lo demás, la muestra contó con 200 puestos ambulantes que se concentraron en la avenida del Bierzo por sus dos márgenes, desde primera hora de la mañana y en los que se podían encontrar productos variados de distintas partes de la geografía española como Galicia, Castilla y León o Asturias. Ofrecían productos de alimentación, artesanía, decoración, así como los turrones y el surtido para las próximas navidades o el tradicional ajo, uno de los productos más utilizados en las matanzas de los hogares lacianiegos. Tampoco faltó la típica pulpería en la que se pudo degustar el pulpo a feira, acompañado por un buen vino.