Día de dura faena en Villager
Los vecinos rememoraron ayer en la zona del Postoiro la matanza del cerdo, una tradición aún arraigada y que se ha convertido en toda una fiesta gastronómica
Una de las tradiciones más antiguas de la comarca es la matanza, por eso la pedanía lacianiega de Villager rememoró en el día de ayer esta actividad aún arraigada en la zona.
El acto tuvo lugar la zona conocida como el Postoiro, en la pista cubierta a partir de las 11.30 horas, donde se llevó a cabo todas las labores que conllevan la matanza desde el despiece del cerdo hasta la elaboración de chorizos y morcillas. A pesar de que no se pudo sacrificar al cerdo en el lugar, se hizo un simulacro donde se vio como cogen al cerdo y lo atan al banco, su muerte, así como la recogida de su sangre que servirá para hacer las morcillas. Una vez elaborada toda la matanza, los asistentes disfrutaron de una degustación de todos los productos, vino caliente y patatas cocidas, conocidas como cachelos vaqueiros. También se realizó una demostración del proceso de fabricación de jabón casero, el cual se realiza con la grasa del animal, agua, sosa y detergente.
En el día de la matanza participaron la asociación Amigos de Sierra Pambley y la de Mujeres Buenverde, junto con la Junta Vecinal de Villager. La animación musical corrió a cargo del del grupo folclórico Tsaciana y el Ferreiro.
Esta iniciativa se incluye dentro de la Otoñada Cultural que organiza el Ayuntamiento de Villablino en los meses de octubre y noviembre. El pasado mes de octubre la capital lacianiega revivió una tradicional boda lacianiega bajo el nombre «Manteos a la calle». En este sentido, el concejal de Educación y Cultura del Ayuntamiento de Villablino, Celestino Pérez, señaló que uno de sus objetivos es la recuperación de las fiestas tradicionales de la comarca, donde cada pedanía celebre un acto típico de la zona.
En algunos hogares lacianiegos se sigue celebrando la matanza del cerdo, donde se necesitan unos cinco días para su elaboración. Los actos principales son el sacrificio del cerdo, despeciarlo, y finalmente embutir chorizos. A la matanza también se le conoce como «Samartino» porque el día 11 de noviembre en la feria de ganado en Mansilla de las Mulas, coincidiendo con la festividad de San Martín de Tours, se fijaba el precio de los animales que después se iban a sacrificar por toda la provincia. Además, en la comarca de Laciana, también se le llama al picadillo, que se utiliza para embutir los chorizos, «chichos», convirtiéndose en uno de los platos principales de esa jornada.