El hotel de Grajal pende de un hilo
La conversión del convento en establecimiento hostelero depende ahora de lograr acceso a Internet y teléfono y de desalojar de una de sus salas a una hermandad
La imagen muestra el convento de Grajal, que fue adquirido para convertirlo en hotel.
La posible conversión en hotel del convento de Grajal de Campos está en el aire. Los promotores del proyecto se han encontrado con dos problemas que parecen de difícil solución, y que les han hecho plantearse la posibilidad de abandonar. El inmueble carece en la actualidad de línea telefónica y de conexión a Internet, según explicó el alcalde, Francisco Espinosa. El regidor precisó que la empresa que planea rehabilitar el edificio religioso, del siglo XVI, carece de autorización del propietario para que los cables de ambos servicios sean fijados en la fachada de un inmueble cercano. También indicó que la operadora mayoritaria del ámbito de las telecomunicaciones considera muy costoso abordar otro tipo de infraestructura, como el soterramiento de los cables, para garantizar el acceso a dicho servicio. Espinosa indicó que el Ayuntamiento reclamó por escrito a la compañía que instale el teléfono «porque se trata de una zona urbana».
Además, una de las dependencias del convento, que se encuentra adosada a la iglesia, está ocupada por la cofradía de Nuestra Señora La Antigua y San Antonio de Padua de la localidad, que la utiliza para guardar enseres y celebrar actividades, y que ha declinado hasta la fecha la posibilidad de abandonarla. El alcalde mostró la disponibilidad del municipio a ceder a la hermandad un local alternativo.
Los promotores eximen de cualquier responsabilidad en estos problemas al Ayuntamiento de Grajal de Campos, pero consideran por el momento estos obstáculos como insalvables para sus pretensiones. Por este motivo, se han fijado de plazo hasta final de año. Si en diciembre no están resueltas estas cuestiones pretenden no continuar adelante, pese a la inversión realizada en la adquisición del edificio -”que no descartan revender-” y la redacción del proyecto para la creación del hotel. Uno de los promotores declinó facilitar datos acerca de la inversión precisa para la creación de este establecimiento así como del número de puestos de trabajo que podría requerir, aunque adelantó que éstos serían cubiertos por vecinos de la zona.
El alcalde explicó el origen del convento: «Estuvo ocupado por frailes franciscanos, que fueron expulsados con la ultima desamortización de Mendizábal. Después compró el monasterio un vecino de Galleguillos, en una subasta en Madrid, y en 1882 se lo adquirieron a éste las cinco fundadoras de la orden que llegaron desde Guatemala», explicó Espinosa.
El convento fue vendido por las monjas Carmelitas Descalzas, religiosas de clausura que se trasladaron a otro monasterio de Toledo. El edificio salió a la venta por un millón de euros, aunque el promotor consultado por Diario de León prefirió no confirmar tampoco esta cifra. El inmueble tiene 4.000 metros cuadrados construidos.
El proyecto para su conversión en establecimiento hostelero perseguía la creación de un complejo de cuatro estrellas con 30 habitaciones, spa, gimnasio, bodega y restaurante, entre otras instalaciones. La inversión inicial prevista fue fijada en 1,5 millones de euros.
El monasterio está situado a las afueras de Grajal, localidad declarada Bien de Interés Cultural (BIC) por la relevancia de sus monumentos. La localidad se encuentra a cinco kilómetros de Sahagún y en el entorno del camino de Santiago.