Sus ruinas están en la Carta Arqueológica provincial

Siro Sanz aportó datos contrastados en documentos históricos en los que ya que se señala y menciona al Condado de Aguilar por primera vez en el año 959, en una cesión de los obispos a la familia Flaginez, junto con otros documentos de los años 861 y 936.

Tomás Cembrero explicó paso a paso todas las edificaciones del conjunto del Condado de Aguilar, aportando datos de las técnicas de construcción y de los aún escasos restos tanto del castillo como del resto de las edificaciones que conformaban el complejo militar. Fue explicando con todo género de detalle las funciones que tenían cada una de ellas y el sistema de su construcción. Destacó al castillo de Aguilar como un «castillo poderoso por su ubicación y construcción, con un acceso en pendiente de 30 grados que lo hacían casi inaccesible».

El castillo de Aquilare está recogido en la Carta Arqueológica de la provincia, aunque no el resto de edificaciones hasta ahora desconocidas. Su ubicación estratégica hizo que en los años 1157-1230 se reutilizasen sus instalaciones y, a pesar de no haber sido protegido en este último milenio, aún se conservan algunos restos significativos. Esto hizo que parte del público pidiese a los historiadores y a los responsables políticos, que pusiesen en valor todo el rico patrimonio histórico del valle y la comarca.