La venganza, el soborno y la morbosidad fueron los primeros males atendidos
La construcción del consultorio médico de Alija del Infantado despertó recelos entre los vecinos de Alija, cuando vieron que el edificio se construía cerca junto a la residencia de ancianos, en la zona de Ozaniego, justo un poco más allá de la señal de fin de población. Si al fin y al cabo se trata de un consultorio, ¿por qué cambiar el que se encuentra en el Ayuntamiento por otro que casi está fuera del casco urbano?
El PSOE había mostrado su enfado a mediados del año pasado al considerar que el desembolso realizado en el nuevo centro médico duplicaba locales, además de señalar la lejanía del centro, que el entonces alcalde, Luis Gómez-Villaboa justificó en los 50 internos de la residencia, para quienes el servicio se acercaba, y señalaba que el Ayuntamiento había solicitado a Sanidad el traslado del consultorio al nuevo local.
Sin embargo, la primera consulta en el centro no fue médica, sino a consecuencia de un acuerdo se la Sala de Gobierno del TSJ, que instaba al Ayuntamiento a dotar de una sede digna al Juzgado de Paz. Al traslado de mobiliario y documentos la Guardia Civil envió un agente, ante la posibilidad de altercados, y hubo cierta tensión, cuando, casi concluido el traslado, el juez de paz, Victoriano Villar, recriminó al alcalde que el motivo del traslado sea «una venganza pobre» por los problemas internos de la sociedad de caza del pueblo, además de responsabilizar de la situación al «concejal clavero», en referencia al ex alcalde, José Antonio Prieto. Panero acusó a Villar de querer sobornar a los concejales, ante lo que el aludido pregunto al concejal de la Nora, Víctor Veledo, presente en el lugar, que no quiso pronunciarse, en especial por lo presencia de Diario de León: «Una cosa es lo que se dice y otra lo que se pone en los periódicos, que lo que buscan es morbo», señaló.