Lago: «Que nadie disfrace su lealtad, merecéis un circuito de velocidad»
El pregonero del carnaval bañezano recordó a los pioneros que promovieron la fiesta
Los problemas laborales en las cuencas mineras, su infancia en Ponferrada, la labor más o menos certera de ciertos políticos, o las reivindicaciones históricas de La Bañeza, se entrelazaron ayer en el pregón que ofreció el director de Diario de León, Pablo R. Lago, como inicio oficial del carnaval en la ciudad. El pregonero recordó con nostalgia a los pioneros, «aquellos que desafiaron con su pasión las antinaturales leyes de la dictadura», ensalzó «aquel afán por violar la rutina enfundados en ropajes de otras vidas» y contrapuso este papel vital en el mantenimiento del carnaval con el hecho de que éste disfruta ya del reconocimiento de Fiesta de Interés Turístico Nacional.
Lago, que se comprometió a no superar las 110 palabras por minuto sin necesidad de que le cambiasen la pegatina, recordó sus años infantiles al señalar: «En nuestro interior renunciábamos a nuestra bercianidad con la esperanza de ser bañezanos a las puertas de la Cuaresma» (porque nosotros) «seguíamos sometidos a la dictadura de caretas de cartón a cinco duros en la librería del barrio».
«La Bañeza es también el carnaval del motor. La Fiesta del Invierno y la Fiesta de la Cilindrada estival», señaló Lago, para, a continuación, reclamar: «Que ahora nadie disfrace su lealtad, La Bañeza se merece un circuito de velocidad». Tambien consideró que «la Junta y el Gobierno tienen la obligación moral de desperezar sus compromisos», y la tienen con La Bañeza, dijo, y «con los miles de peregrinos motorizados» que cada año regresan a la ciudad. Resaltó que el circuito «será otro de los ejes del desarrollo de esta provincia que tiene que empezar a sacudirse la amenaza cíclica de la crisis del carbón». Lago tuvo también palabras para la musa, Noemí Fuertes, a la que dijo: «Debes conformarte con que me limite a sucumbir a tu espontaneidad, a la frescura de tu insolente juventud y a tu belleza serena».