grajal de campos
El promotor de convertir el convento en un hotel abandona el proyecto
El empresario motiva su decisión en las diferencias entre las monjas y una cofradía
Óscar Mata, promotor de la creación de un hotel en el convento de Grajal de Campos, desiste de esta iniciativa. Así lo confirmó a Diario de León el propio interesado, que motivó su decisión en los problemas que mantiene la orden de las Carmelitas Descalzas, propietaria del inmueble, con la cofradía de San Antonio de Padua, que ocupa en él un local, y en las carencias de acondicionamiento que padece el edificio, del siglo XVI. Las diferencias entre las religiosas y la hermandad llevaron incluso a ésta el pasado miércoles a ser objeto de un desalojo de todos sus enseres del cuarto del convento que venía ocupando desde el año 1881, según los datos faclilitados por el presidente, Julián Rodríguez. La medida, confirmó la Subdelegación del Gobierno en León, se zanjó también con la detención del propio Mata por un supuesto delito de realización arbitraria del propio derecho, tras haber co-firmado junto a las monjas el burofax remitido a la cofradía para anunciar el desalojo. El arrestado pasó a disposición judicial, pero la subdelegación no pudo confirmar si quedó o no en libertad. Este periódico, sin embargo, mantuvo una conversación telefónica con él en la noche del miércoles, lo que avalaría la tesis de que el juez lo dejó en libertad.
«En este edificio de Grajal no va a haber un hotel, lo garantizo», señaló Mata a Diario de León. El antiguo promotor de esta iniciativa puso incluso en duda que llegue a formalizarse la compra del edificio. «No me interesan los problemas ni invertir dinero en estas circunstancias», indicó. Mata precisó que había tomado esta decisión al comprobar las diferencias «entre la Iglesia y la cofradía», de las que quiso desvincularse. Sin embargo, no rechazó por completo zanjar el proceso de adquisición del edificio, en el que declinó precisar la cantidad que había invertido hasta la fecha. «O se disuelve el contrato o seguimos adelante pero con una serie de condiciones porque el edificio tiene muchísimos problemas», dijo. Cabe recordar en este sentido que Mata denunció en noviembre que el inmueble carecía de línea telefónica y conexión a internet, y que diferencias vecinales complicaban solventar esta carencia. El otro problema que presentaba el edificio era la utilización de un local por parte de la citada hermandad. «La solución deben aportarla las Carmelitas Descalzas», consideró Mata. En el hipotético caso de que la compra finamente fructificara, Mata indicó que dedicaría el edificio a uso particular suyo, nunca a hotel.
El convento de Grajal salió a la venta por un millón de euros, coincidiendo con la marcha a Toledo de la congregación religiosa de clausura. El proyecto para su conversión en establecimiento hostelero perseguía la creación de un complejo de cuatro estrellas con 30 habitaciones, spa, gimnasio, bodega y restaurante, entre otras instalaciones. La inversión inicial prevista fue fijada en 1,5 millones de euros. El inmueble tiene 4.000 metros cuadrados construidos.