Espacio para el profesional y comodidad para el espectador
Los camerinos, una de las mejoras más notables.
El Pérez Alonso, obra del mismo arquitecto que diseñó el Bergidum de Ponferrada y el Oliden leonés, gana espacio para la escena, los profesionales y los servicios del teatro, aunque pierde algunas localidades, al pasar de un total de 535 a 480.
De la reforma cabe destacar la ampliación del escenario, que pasa a disponer de 12 metros de fondo frente a un tablado trapezoidal y un fondo que variaba entre los 8 y los 4,5 metros debido a la instalación de varios los camerinos de madera. Además, se han construido tres niveles de galerías para el manejo de decorados, varas de luces y los mecanismos de tramoya. Entonces, los actores compartían servicios con el público y ahora cuentan con habitaciones habilitadas al efecto, que cuentan con aseo y duchas.
Del vestíbulo se han eliminado las escaleras de acceso a los anfiteatros, que han pasado a ocupar la zona de ampliación, dejando limpio este espacio y solucionado los problemas de seguridad que planteaba la anterior dsitribución en caso de evacuación y permitiendo que se cumpla la normativa legal en materia de accesibilidad. Además, se ha construido un espacio de carga y decarga que desemboca en el escenario, para facilitar los montajes.
La compra del teatro y los terrenos colindantes alcanzó los 421.131 euros y la primera fase, 751.133 euros, que se financiaron por La Junta, Caja España y la Diputación. La segunda fase la asumió al 100% el Ministerio de vivienda y se elevó a unos 3,3 millones de euros con las dos ampliaciones que fueron precisas. El mobiliario costó 164.300 euros, financiado por el Ministerio de Cultura, y el equipamiento escénico que aportaron el ministerio y la Junta. A éstas cantidades hay que sumar otra fase de equipamiento pendiente de ejecutar.