Tiempo de promesas
Carta te escribo Martín Martínez
Querido hermano: Se acabó el tiempo de inauguraciones y corte de cintas, por imperativo legal que si no-¦ Ahora comienza el tiroteo a los contrarios y el tiempo de promesas que se cumplirán, o no; más bien no. También, hasta los finales de mayo, es tiempo de llevar a cabo unas obras, en todos los ayuntamientos, que no tendrán inauguración; serán de las llamadas de entretenimiento, casi todas con la aportación de los operarios municipales.
Vienen a ser estos días algo así como el lavado final, el escurrir la colada, de los que gobiernan los municipios con el fin de arañar unos votos que tal vez andaban indecisos; aunque en algunos casos, esa operación se vuelve en contra del «actuante» que puede ser un atorrante. La salida del invierno, la merma de las heladas y encarar meses benignos es buen tiempo para el riego asfáltico en aquella calle periférica que desde hace cuatro años parece un circuito de motocross; habrá, seguro, remiendos en las aceras que ningún concejal del equipo de gobierno pisaba desde 2007; se arreglarán los desconchones en el patio de los colegios. Sí, hermano, son obras menores que de no haber elecciones no se llevarían a cabo, a pesar de que estos últimos años los de la oposición han estado clamando; en el desierto claro. Obras que, por supuesto, pondrá en la balanza el equipo que desea repetir aireándolas a los cuatro vientos; los otros, los oponentes, claro está, intentarán sacarle los colores por el oportunismo. Pero eso es el pan nuestro de cada cuatro años.
Hermano, Juanjo puso fin a aquel su sinvivir que te decía en la penúltima le embargaba. Dejó abierto un melón cuyo néctar intentará aprovechar Viti a quien sus correligionarios han coronado como sucesora. Para nada voy a ocuparme ahora de Juanjo que tiempo tendremos una vez pasadas las elecciones, en cuya campaña me supongo tendrá un protagonismo de primer orden, o mucho me equivoco; tiempo habrá y así nadie podrá tacharnos de oportunistas.
Que fue un alcalde atípico lo sabe hasta el lucero del alba, y sino que le pregunten al expresidentes Lucas; que ganar elecciones, a veces con goleada, y gobernar 22 años (más aquellos cuatro de calvario) un socialista en Astorga es una proeza; digna de análisis y válida para una tesis doctoral de Ciencias Políticas. También es cierto que los cuarterones del palacio consistorial, prometidos a este tu hermano desde 1990 para que el axioma del «viejo profesor» se cumpla no se han colocado. Pero ya le andaremos.
Parece, querido, que vamos a quedarnos con el repoquer de aspirantes. Escudero y Placer que han ido recogiendo en la provincia a descarrilados, arrojados, apeados voluntarios y mediopensionistas, en Astorga no han entrado con suerte. Que nuestro espía sepa -”aunque puede estar errado-” sólo han recibido calabazas, habiendo tocado varios palos entre ellos a conspicuos y veteranos militantes del PP, y más de un socialista descarriado. Sin embargo, se dice que aún mantienen las esperanzas de encontrar algún mirlo blanco, negro o ceniciento, les da igual. Los descontentos tienen cabida en el MASS; ahí tienes a Eligio en el Val que ya formó lista.
Si así fuera, si entrara esa sigla berciana en Astorga la elección de alcalde se complicaría sobremanera. Augures he consultado que de pronto sólo se atreven a pronosticar una bajada lógica del PSOE, por la ausencia de Juanjo; una subida, sin cuantificar por ahora del PP; o sea más equilibrio entre los dos grandes; con lo cual estarán en un brete para buscar apoyos hacia la alcaldía. De momento han de bailar con tres si es que todos logran concejales; al menos dos si contarán; pero si aparece esa otra formación-¦ Analiza las elecciones de 1983 imponiéndose una minoría; acuérdate de la debacle de 1987. Ahora a escuchar promesas.