El juez de paz renuncia al cargo para no incurrir en una incompatibilidad

La polémica vivida en los últimos meses en Alija del Infantado, a consecuencia de la falta de entendimiento entre el juez de paz y presidente del coto de caza del pueblo, Victoriano Villar, y el equipo de gobierno municipal lleva camino de apaciguarse en lo que al plano judicial se refiere, ante la renuncia de Villar a su cargo de juez en el municipio.

Victoriano Villar remitió su dimisión al Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJ) el jueves pasado, tras haber aceptado formar parte de la candidatura del Partido Popular para las próximas elecciones municipales. De no haber presentado su renuncia, Villar hubiera incurrido en un supuesto de incompatibilidad. La dimisión supone que el suplente del cargo, nombrado al mismo tiempo que el titular, asumirá las funciones mientras la corporación municipal no proponga al TSJ a un nuevo juez para su nombramiento.

Las sanciones a varios socios del coto, entre éstos, dos concejales, y el traslado de la sede del Juzgado de Paz a un lugar que no reunía las condiciones de habitabilidad mínimas fueron los motivos del enfrentamiento entre el equipo de gobierno y Victoriano Villar, que ya manifestó su intención de formar parte de la candidatura popular hace meses. Por el momento, señaló ayer Villar, no ha sido necesario el concurso de su sustituto, al no haberse celebrado sesiones del Juzgado de Paz hasta el momento.

El alcalde de Alija del Infantado, Luis Panero, manifestó ayer desconocer la renuncia del juez de paz y señaló que los problemas con este finalizaron cuando la sede judicial con su archivo y libros se trasladó al nuevo consultorio médico, aún sin utilizar. El cambio respondió a una resolución del TSJ en el que instaba al Ayuntamiento de Alija a dotar de una oficina en condiciones al juzgado, tras haberla llevado del Ayuntamiento a un inmueble en malas condiciones.