El Museo de Sabero acoge unas jornadas sobre la Ferrería

«Esperábamos llegar a Sabero y encontrar un edificio industrial, algo oscuro y lúgubre, y fue todo lo contrario. Fue impresionante el primer impacto visual de la Ferrería de San Blas, vimos un espacio, unas luces, unos arcos en diafragma con los que no contábamos y, sobre todo la amplitud del edificio», comentó Oscar Marcos López, representante de la empresa Geocisa, que realizó los trabajos de rehabilitación del edificio hace más de una década.

Oscar López hizo un amplio repaso, apoyado con una proyección de fotografías de las obras, en el que explicó al público los procesos y las técnicas utilizadas en la restauración. Una reforma que según señaló, consistió en la rehabilitación de la fábrica de ladrillo y mampostería, utilizando morteros, ladrillos y mampostas similares a los del edificio. Se realizaron también algunas reparaciones estructurales, inyección y sellado de grietas, algún cosido, los trabajos de recuperación de las bases, que fue muy importante, de fábrica de ladrillo. Se colocaron colectores en las fábricas para poder dar continuidad a la fábrica nueva que estaban implementando y la sustitución completa de la cubierta, que es la actuación más importante en la restauración del edificio. En las rehabilitaciones, resaltó el técnico de Geocisa, «es al contrario que en las obras nuevas, hay que empezar por el tejado y acabar por la base».

Oscar López puso de manifiesto que su habían utilizado dos técnicas principal y básicamente. Las proyecciones de arena y los limpiados con agua a presión, variando presiones tanto con el arena como con el agua en función de la suciedad y de los requerimiento en cada punto de actuación.

Restos arqueológicos . Para la empresa Geocisa, según destacó Oscar López, lo que más condicionó los trabajos de restauración fue el hallazgo de los restos arqueológicos de lo que fue en sus inicio el emblemático edificio de la Ferrería y su Lonja de Laminación, así como para el nuevo edificio que se construyó en la plaza José Joaquín de Ampuero, anexo a la Ferrería y que hoy se conoce popularmente como El Cubo y que sirve como edificio de exposiciones. «Esto nos llevó a dar cuenta -”continuó López-” a la Consejería de Cultura de la Junta de Castilla y León y a esperar a que se emitiesen los correspondientes informes arqueológicos, siendo uno de los motivos del retraso de las obras».

Finalizó su intervención señalando que, a su juicio, se hicieron los trabajos con los medios y conocimientos de la época y, para su época, se ejecutó una obra correcta. Una vez finalizada la conferencia, el ponente, el público y el director del Museo, Roberto Fernández, se desplazaron a la nave central de la Ferrería para explicar in situ los trabajos que había ejecutado su empresa en la restauración de la Ferrería.

Hoy domingo, como complemento de la conferencia, se realizará una proyección de fotografías sobre la rehabilitación de la ferrería, cedidas por Juan Manuel Castro, que se proyectaran de manera ininterrumpida durante el horario apertura del Museo.