También la lluvia
Carta te escribo MARTÍN MARTÍNEZ
Querido hermano: Sí, también la lluvia hizo acto de presencia en estos días, de pasión para unos, de gloria para otros. Con rayos y truenos menudeó sus visitas haciendo variar el recorrido -”acortándolo-” o simplemente suspendiendo el desfile procesional. Anda este mes de abril haciendo honor al refranero, que casi se nos escapa sin que las lluvias mil aparecieran. En Astorga, el miércoles santo que siempre ha sido propicio para la futbolería, dio satisfacciones a unos y calvarios a otros, ambos propios de estas fechas pasionales.
También en esta ciudad, hermano, sabes que estos días, de siempre, han sido aprovechados para la celebración de actos culturales de variada índole, en atención a cuantos vienen a disfrutar estas jornadas. Y así hemos tenido presentaciones de libros: hasta tres. El trío formado por José Luis Marcos, Emilio Ferreras y Gerardo Santos (conocido por Felipe) nos acercaron su trabajo El agua romana de Astorga. Por el antiguo y original sistema del «zahorí», o sea la radiestesia, con la varita de avellano o el péndulo, nos dicen, fueron siguiendo los pasos de los romanos y el curso de las aguas que ellos aprontaron en aquellos lejanos tiempos para el abastecimiento de la vieja Astúrica. Desde los riscos de Lamaluenga, Argañoso o Viforcos, fueron recorriendo y alumbrando fuentes enterradas hasta que, dicen ellos, dieron con la conducción y la siguieron para llegar a las mismas puertas del recinto amurallado, y aún más. Te recuerdo que ya el obispo Vigil, allá en el siglo XVIII, tenía el mismo pálpito que este trío astorgano, e intentó promover una traída desde el «Prado de San Juan»; fracasó como aquel otro intento de construir allí un pequeño embalse en los años 70 del pasado siglo; los intentos eran válidos, pues desde aquellas fuentes se surtió durante décadas el acuartelamiento Santocildes. Y de esa posibilidad romana hablaron o escribieron, en su día, Matías Rodríguez, José María Luengo y más recientemente el ingeniero Ernesto Loewinshon que también ha pateado aquellos parajes. Sobre lo del péndulo y la vara tengo pendiente una larga conversación con Ferreras que comprobé aquel día sabe un huevo.
Otros libros nos presentaron, el cepedano Tomás Álvarez y el astorgano José María Chimeno. Tomás lo hizo con una guía turística de la ciudad de León a la que tituló 3 días para acercarse al arte; invita a los turistas y nativos -”que falta os hará-” a un recorrido denso por las calles de León, sus casas, sus monumentos, sus museos-¦
De arte trata también la novela de Chimeno de la que me parece ya te hablé algún día cuando salió publicada hace unos meses, El geómetra ; es su segunda novela y reincide en su ambientación sobre el Camino de Santiago con su arquitectura medieval y la figura del maestro Mateo de Compostela; aquí nos presenta las peripecias de aquel buen arquitecto de puentes y finalizador de San Isidoro. Pedro Deustambén, al que hace hijo del maestro Mateo, nos surge como protagonista donde la arquitectura sirve para encuadrar aventuras y desventuras en las que están involucrados reyes, reinas y magnates con actitudes verosímiles unas y truculentas otras. Es una novela, con su punto histórico.
También hubo música con la Coral Excelsior y nuestra Banda Municipal, amén del porrom-pom-pom, ineludible, de la semana. Y de regalo, el concierto de María del Socorro Gómez Bajo que ha puesto música a diez poemas de Gamoneda, nuestro Cervantes. Cantó y bien la mezzosoprano María del Socastro González, corriendo el piano a cargo de la propia Socorro, como lo han hecho en el DVD editado al efecto.
Así que como ves, hermano, en Astorga todo Semana Santa y cultura; fíjate que hasta los aspirantes a la alcaldía se han dado un respiro. También hemos tenido lluvia, que vendrá al pelo para que nazcan los garbanzos de pico pardal.