Los mayos apagaron el horno
La cocción del Alfar-Museo de Jiménez coincidió con la fiesta tradicional
Unos niños de Jiménez de Jamuz muestran interés en aprender el oficio de alfarero.
Santa Elena, Villanueva y Jiménez de Jamuz amanecieron ayer plantadas de mayos. Artísticas figuras que representan oficios tradicionales o personajes populares y que cobran vida sobre un soporte de tablas que recuerda al antiguo tablero jiminiego que se construía para representar comedias. Una tradicional fiesta, que se celebra cada primero de mayo, y que este año además, coincidió con la cocción de piezas en el Alfar- Museo de Jiménez.
El pasado 29 de abril comenzó el proceso de fabricación de esta manifestación de arte popular con la decoración de las 1.000 piezas que después fueron horneadas durante la jornada del sábado 30 de abril. Antes de encender el horno, el alfarero realiza una cruz para bendecir la cocción. Ahora, el Alfar-Museo espera la visita de la etnógrafa Concha Casado que el próximo miércoles abrirá el último horno árabe que queda en Jiménez de Jamuz.
Un oficio tradicional que se mantiene vivo gracias a la aportación de la Diputación y el Ayuntamiento, que en 1994 se hicieron cargo del museo, con el objetivo de preservar la artesanía tradicional jiminiega, así como la factura de piezas. El maestro alfarero, el joven Jaime Argüello, es un claro de ejemplo de que este ofició sigue en auge en la localidad.
Una tradición recuperada . Mientras el Alfar -Museo horneó el cambió de mes, las localidades de Santa Elena, Villanueva y Jiménez recibían esta nueva etapa con la plantada de los mayos, una tradición que ha sido recuperada y que representa la llegada de la primavera y su fecundidad con las primeras flores del año.
Una fiesta que con los años se ha ido perfeccionado. Antes, el mayo no era más que un muñeco o pelele con cara de trapo y sombrero de paja de labranza. Un traje viejo relleno de paja daba forma humana a la figura que se colocaba en lo alto del palo de un chopo. Ahora, esta tradición se ha renovado. Artísticas figuras cobran vida para representar los oficios más tradicionales o personajes populares. Este año, las miradas de los vecinos y visitantes se concentraban en la figura del cazador, el alfarero o el molino y el molinero en Jiménez de Jamuz.
Los mayos no serían lo mismo sin la leyenda en verso que los acompaña y explica su razón de ser. Una exposición de arte popular que llena las calles del municipio y que se podrá visitar hasta finales de mes.