Diario de León

Preocupación en la UCCL por la tardía siembra de remolacha

El retraso y las lluvias podrían mermar la superficie de este cultivo en León

Un pívot riega un campo de remolacha, en una fotografía del pasado otoño.

Un pívot riega un campo de remolacha, en una fotografía del pasado otoño.

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La Unión de Campesinos de León (UCCL) expresó ayer su «tremenda preocupación» por el estado de las siembras de remolacha en la provincia, que marchan con un «importante retraso», según informó ayer la Agencia Ical.

Además, las importantes cantidades de lluvias caídas en los últimos días sólo han servido para «acrecentar» esta situación, ya que en muchas parcelas no se va a poder entrar con la maquinaria agrícola en días y el paso de las semanas sólo contribuye a incrementar «las dudas de los profesionales», explica la organización profesional agraria, que advierte de la posibilidad de que una buena parte de los productores de esta raíz destinen las tierras a otros cultivos de regadío.

Según las estimaciones realizadas por la organización agraria, en la actualidad quedan en León entre 1.000 y 1.500 hectáreas de remolacha por sembrar para alcanzar las 7.600 que en las últimas campañas han dedicado los cultivadores leoneses a este cultivo de regadío. Todo esto parece indicar, por tanto, que se pueden repetir escenas como las vividas el año anterior cuando hubo remolacheros que por la fiesta de san Isidro aún plantaban simiente, con los perjuicios que esto puede acarrear en la calidad de la remolacha posteriormente.

Enfermedades y resiembra. Si son muchas las parcelas que todavía están sin sembrar, es, también preocupa a la unión de campesinos la situación de aquellas en las que ya se han realizado estas labores, pues las lluvias han provocado que aparezcan distintas enfermedades que contribuyen a mermar la producción final de la remolacha, como es el caso del pie negro o la típula, sin olvidar aquellas parcelas que por distintas circunstancias van a tener que ser resembradas, con el consiguiente incremento de los gastos para quienes las trabajan, en un momento en el que el precio de la remolacha se sitúa «muy cerca de los umbrales de la rentabilidad».

Cualquiera de estas contingencias supone «un duro golpe» para la economía de la explotación que se vea afectada por algunos de estos problemas. Por esta razón, el sindicato agrario reclama a Azucarera Ebro la «máxima sensibilidad posible», para que evite penalizar a los profesionales afectados, teniendo en cuenta que estas siembras tardías pueden provocar unos rendimientos «por lo menos dudosos».

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