Un capilote para unir a la montaña

Los mozos de Riaño celebraron ayer la quinta edición de la Fiesta del Capilote, que tiene como motivo conmemorar la entrada de la primavera y a la vez reivindicar una apuesta por una montaña que se está muriendo. «Esta fiesta pretende reivindicar que nuestra montaña se está muriendo y lo que queremos los jóvenes es que se apueste por esta comarca para que pueda salir adelante», según señalaba unos de los jóvenes organizadores de esta fiesta.

Los actos comenzaron a primera hora de la mañana con una salida al campo para la recogida de capilotes, que a pesar de que estos últimos días la climatología no era la más favorable, aún se pudieron recoger bastantes flores. Mientras unos hacían la recogida de los capilotes otros jóvenes se dedicaron a engalanar la plaza de los pueblos donde se iban a desarrollar todos los actos de esta fiesta reivindicativa. Además los asistentes a los actos pudieron disfrutar de la exposición de fotografías de los ganadores y finalistas del concurso de fotografía. También se expusieron los poemas y cuentos de los ganadores.

Una vez finalizada la misa los pendones de los pueblos de Riaño, Horcadas y Carande desfilaron hasta la plaza de los pueblos. Cada pendón fue colocado en la columna de su respectivo pueblo que hay en esta plaza de Riaño. La fiesta continuó con la actuación del grupo de danzas de Cistierna, que daría paso a la comida popular. Para esta comida un grupo de mozos se encargaron de cocinar tres grandes paellas, para unas 700 raciones. Mientras otros se encargaron de la carnes y los embutidos que fueron servidos tras una parrillada.

Los actos de la tarde sirvieron para poner en marcha los juegos infantiles y tradicionales que se realizan en los pueblos de la montaña. Además la tuna de la Universidad de León fue la encargada de realizar un pasacalle para animar la velada. Los actos se cerraron con un concurso de tapas capilote que posteriormente fueron degustadas por la gente. Una orquesta fue la encargada de amenizar la noche con un baile.