ASTORGA
La caída de un rayo vuela la parte superior de la espadaña de Fátima
Los cascotes, que no causaron heridos, dañaron doce coches
La veleta que coronaba el campanario pudo atraer al rayo.
«Sonó un ruido muy fuerte», explicaba ayer un testigo presencial, parecido al de una explosión, y la parte superior de la espadaña del Santuario de Fátima de Astorga, situado a pocos metros de la plaza Mayor, se derrumbó, cayendo los cascotes de piedra sobre la puerta del templo, en la calle de Rodríguez de Cela.
Eran las seis y media de la tarde y un rayo había alcanzado el campanario, quizá atraído por la veleta que lo coronaba. Y hubo suerte, mucha, porque no hubo que lamentar desgracias personales en un suceso que se produjo en pleno centro de la ciudad. La tormenta dejaba un saldo de doce vehículos dañados, según informaron ayer fuentes de la Policía Local de Astorga, que calificaron de importantes los destrozos en el templo y en algunos de los turismo. Los vehículos se encontraban aparcados junto a la iglesia y a alguno «Le hundió el techo y a otros les rompió las lunas», relataba Sergio Martínez Prieto, camarero del Restaurante El Tritón, situado frente al santuario.
«Una señora bajó de su casa y dijo que le había entrado piedra por una ventana que tenía abierta», añadió. La policía Local acordonó la zona y se ocupó de avisar a los propietarios de los vehículos para su retirada, hasta despejar por completo la zona, que quedó acordonada.
El precedente. Según la policía astorgana, la arquitecto del Obispado de Astorga se trasladó hasta el lugar para comprobar los daños causados por el rayo. Mientras, un buen número de curiosos contemplaba los destrozos. El rosario de quienes quisieron ver el desastre no paró en toda la tarde.
Prioro, en la montala oriental, es el precedente al suceso de Astorga. Aunque de mayor magnitud, ya que el rayo que alcanzó a la parroquia no sólo provocó desperfectos por valor de 200.000 euros, sino que causó heridas a veinte personas, al producirse la descarga justo cuando buena parte de los vecinos del pueblo se disponían a entrar en la iglesia para asistir a un funeral. El suceso se produjo el 19 de abril del 2006.