El ganado de chapa también se indigna

Creado en 1956 por el diseñador Manuel Prieto, de la Agencia de Publicidad Azor, el Toro de Osborne también se ha unido al Movimiento 15-M. Al menos, el que está emplazado en Pradorrey (municipio de Brazuelo), cerca de Astorga, que ya ha lucido dos pancartas de indignación . La última, da las gracias a todos los que participaron en las manifestaciones del domingo: «19-J. Gracias», se lee en el lienzo que un tal Comando Mundial firma y ha colocado sobre los cuartos traseros de un animal que, más allá del logotipo de una marca, forma parte del paisaje español.

El toro indignado no es, sin embargo, un toro antisistema, aunque durante su historia, grupos de diversa ideología lo hayan utilizado en ocasiones como elemento en el que plasmar sus reivindicaciones. La presencia del de Pradorrey y de otros 90, aproximadamente, que se ven en las carreteras de todo el país está avalada por el Tribunal Supremo (TS), después de que la normativa de carreteras de 1994 obligara a retirarlos, la junta de Andalucía los declaró Bien de Interés Cultural, Navarra invocaba sus fueros para no aplicar la normativa nacional y Osborne interponía un contencioso-administrativo que, en 1997, se resolvía a su favor.

León, con un tercio de los toros de Osborne indignados, puede considerarse una provincia privilegiada por la presencia de tres de estos ejemplares bravos en sus carreteras. Además del maragato, en la carretera Nacional VI, en la vega del Tuerto, en Cuevas (municipio de Valderrey) y en la misma vía, se puede observar otro, mientras que en La N-630 se cuenta el tercero, a la altura de Villalobar. Mientras, otras provincias, e incluso comunidades autónomas enteras, como es el caso de Cataluña, Cantabria y Murcia, carecen de este símbolo.

En la comunidad autónoma, junto con Burgos, León es la que más toros suma. Palencia, Valladolid y Ávila no muestran interés por este tipo de ganadería contrachapada. Fuera de Castilla y León, diez hay en Cádiz, cuna de Osborne, seguida de Sevilla, con seis, y Zaragoza y Asturias, con cinco. Este año se ha anunciado la instalación de uno en Melilla, que será visible desde territorio Marroquí, donde El Corán prohibe el consumo de alcohol.

Indignado o enamorado de la luna, el toro de Osborne es, además, un toro crecido. El que diseñó Azor, que era de madera, alcanzaba una altura de 4 metros -"más que la que se exige a los toros en San Fermín para correr el encierro-". En 1961, se fabrican en chapa y aumenta su estatura hasta los 7 metros -"tamaño gigante-", medida que dobla en 1962, ante la nueva norma que obliga a separar la cartelería publicitaria de las carreteras.