QUINTANILLA DE LOSADA
El Obispado denuncia a la Junta Vecinal por la construcción del parque infantil
La diócesis cree que ha habido «una agresión» al sacerdote y toma medidas legales
La polémica continúa en Quintanilla de Losada. Las campanas de la iglesia siguen sin sonar y los vecinos mantienen la opinión de que la actitud de su párroco César Julián Alegre «es inadmisible». Pueblo y clero mantienen la disputa por unos terrenos colindantes a la iglesia. El pasado sábado el párroco se negó a oficiar la misa de las fiestas patronales de la localidad, decisión motivada por la remodelación de los terrenos aledaños al templo.
El enfrentamiento radica por la propiedad de un solar con forma triangular de 658 metros, ya que tanto la Junta Vecinal como el Obispado consideran que son suyos. La Junta Vecinal decidió hace un mes instalar un parque en este terreno, a lo que César Julián se negó rotundamente desde el principio. Sin embargo a día de hoy, «deja sus palabras a disposición del Obispado y no quiere hacer ninguna declaración». El Obispado apoya con firmeza la actitud del párroco y considera que lo que ha sucedido «es una agresión al sacerdote y como no podemos actuar por la fuerza, hemos tomado medidas legales para solucionar el asunto»aseguró Ángel Lucio. En la demanda presentada ante el juzgado de lo contenciosos administrativo de León contra la Junta Vecinal de Quintanilla de Losada, la Diócesis de Astorga solicita que se «ordene la inmediata cesación de las actuaciones materiales que se están ejecutando en los terrenos del edifico dedicado a la iglesia parroquial» y añade que «la Diócesis de Astorga a través de la parroquia de Quintanilla viene poseyendo y los sacerdotes administrando, pacífica e ininterrumpidamente, desde tiempo inmemorial a titulo de dueño en pleno dominio, el edificio dedicado a la iglesia parroquial».
Sin embargo, tras consultar el catastro y el Plan de Urbanismo de la localidad, la Junta vecinal determinó que «ese era un terreno común y que era completamente lícito acometer la obra», tal y como aseguró Mercedes Domínguez.
Ante la ausencia del sacerdote el día de la fiesta más importante del pueblo, los vecinos escribieron una carta al Obispado «pero aún no hemos recibido contestación» y aseguran que César Julián tampoco ha pedido disculpas «aunque no creemos que lo haga, sin embargo estaríamos encantados de escuchar sus explicaciones», continuó Domínguez. Desde la Junta Vecinal entienden que «el sacerdote pueda sentirse ofendido ya que siempre estuvo en contra de la remodelación de los terrenos colindantes a la iglesia, pero eso no justifica la ausencia a sus obligaciones». El Obispado «apoya y entiende» al párroco y justifica su actuación -la ausencia a la misa patronal en la festividad de San Pedro- ya que aseguran que «lo que ha sufrido el sacerdote es una invasión de su casa y no ha podido hacer nada». A la espera de la sentencia los feligreses esperan la reacción ante la próxima festividad de la Virgen de Biforcos, que se celebrará en agosto.