El César no baja el pulgar
El pueblo Astur aplasta a Roma y hoy recibirán en el desfile de vencedores su corona de laurel que aceptaron del Cónsul y que les nombra dueños del territorio tan ansiado por sus más fieles enemigos
Astúrica Augusta vivió ayer una de sus batallas más duras. Pero esta es una lucha diferente, unos juegos en un circo romano muy actual, una plaza de toros. Las doce fratrias astures entraron en el circo con el fin de ganar a sus más fieles enemigos, los romanos. Encabezados por su caudillo Sebius y al ritmo de «Es romano el que no bote» esperaban su venganza y al fin hacerse con el territorio. Las legiones romanas bastante más numerosas que las tribus astures entraron acompañados de música y precediendo a su Cónsul, Marco Emilio Lepidu, ya que en esta ocasión fue él quien bajo el pulgar porque el César de Roma, Josefus Orologius no se encontraba en buen estado de salud para asistir. No obstante, los líderes de ambos grupos siguieron muy de cerca cada una de las pruebas. También Victorina Alonso, una romana más. El actual circo romano de Astorga estaba repleto de público que esperaba expectante el resultado de las pruebas. A la izquierda el bando astur, abanderados por su león. A la derecha las legiones romanas acompañadas de su águila y apoyadas por su público.
Un año más astorganos y visitantes se volcaron a pesar del calor con este acto, uno de los más populares del conjunto de las fiestas. Las gradas llenas mientras en la arena astures y romanos se disputaban el ansiado premio. La batalla comenzó pasadas las 19.30 horas y fue seguida muy de cerca por los Jefes de ambos bandos. Los astures aplastaron a Roma. El Cónsul, en nombre de Josefus Orologius, bajó el pulgar y agasajo a los ganadores que mañana serán laureados con la corona de vencedor. Una vez más la Roma más antigua se recrea en la Astorga más actual.