QUINTANA RANEROS
Entra en la casa de la pedánea y le agrede arrojándole sulfato a la cara
Su marido y un vecino tuvieron que intervenir para reducir a la asaltante.
Alonso (izquierda), que tras el incidente estuvo siete días en reposo, junto a su madre.
Cuando llamaron a la puerta de casa de Almudena Alonso, pedánea de Quintana Raneros, a las 11.30 de la mañana del pasado 15 de agosto nadie se imaginaba lo que instantes después iba a suceder.
La presidenta abrió la puerta y se encontró con una vecina de la localidad que le arrojó sulfato a la cara. Ante el incidente, la agresora que «sufre enajenación mental», según la pedánea, se coló en la pasillo de la casa donde comenzaron a forcejear. El marido de la agredida así como su madre y su tía que también estaban en casa se alarmaron ante los gritos y acudieron rápidamente. «Mi tía tiene 87 años y esta persona la tiró del pelo mientras a mí me arañaba». Gracias a la colaboración de un vecino, el marido de Almudena logró reducir a la agresora y arrebartarle una piedra que llevaba en una bolsa.
No era la primera vez que la presunta agresora que tiene 69 años amenzaba a algún vecino de la localidad, «si es cierto que es la primera que llega a las manos», apuntó Alonso quien aseguró que tras los incidentes ocurridos se desató la alarma social en la localidad. «La agresión me ha producido un traumatismo lumbar, así como picor de ojos y erupciones donde me salpicó el sulfato».
Por la tarde a la salida de misa, la supuesta agresora amenazó «con matar a la pedánea», según confirmó Alonso, del mismo modo que «volvió a amenazar a mi madre». Este fue el detonante que llevó a Almudena Alonso a denunciar a esta vecina. Según la pedánea cada verano se repite la misma escena con las amenzas y los destrozos a las casas de los vecinos. «La señora que vive enfrente ya está cansada de que le queme las plantas y le arroje basura en la puerta y por las ventanas», comentó Alonso, quien en compañía de su madre confesó estar muy agradecida a los hermanos de la agresora ya que tras el incidente «a las tres de la tarde se presentaron en mi casa para pedir disculpas por la actuación de su hermana, reiterando que sufre una enfermedad mental».
Según la versión de la afectada «la agresora cuenta con cuatro denuncias y se encuentra en Zaragoza donde se la llevó una hermana tras el incidente sin que ella lo supiera».