mansilla de las mulas
La fiesta de los pendones
Más de 500 peregrinos llegan desde León a la villa para honrar a la Virgen de Gracia .
Más de treinta pendones se dieron cita ayer en la romería de la Virgen de Gracia de Mansilla de las Mulas. Una tradicional peregrinación que se celebra el primer domingo de septiembre y que contó con más de 500 peregrinos que llegaron desde León.
Aunque el día comenzó nublado, la lluvia respetó la procesión y el colorido de los pendones destacaba en el cielo encapotado. Los romeros tuvieron que madrugar para llegar a la misa que se celebró a las 12.30 horas de la mañana.
Una fiesta declarada de interés turístico provincial que aunque este año no procesionó la imagen de la Virgen no perdió espectacularidad.
A las 08.00 horas los peregrinos marcharon desde la iglesia de Nuestra Señora del Mercado de León donde se les entregó los pañuelos conmemorativos que este año eran de color amarillos. Mientras, los más de treinta pendones salieron a las 09.30 horas de Mansilla para reagruparse en «El Único» sobre las 11.30.
A las 12.00 horas las campanas de pueblo dieron el aviso de la llegada del grupo. La banda municipal que esperaba a la entrada del puente Pago del Portazgo comenzó a tocar para dar la bienvenida a los romeros junto a la corporación municipal encabezada por al alcaldesa de la localidad, Mari Paz Díez. El cortejo estaba encabezado por los pendones y las pendonetas de pueblos de la zona como Mansilla de las Mulas, Mansilla Mayor, Villamoros, Villaverde, Turcia, Azadinos, San Miguel de Escalada, Bercianos, El Burgo Ranero o Garrafe de Torío, entre otras muchas localidades.
Además, la música regional cobró especial protagonismo con varios grupos donde el sonido de las gaitas se escuchaba por encima de las campanas. Entre los romeros destacaban un grupo de mujeres vestidas de segadoras con el traje típico y madroños.
Ya a la puerta del templo, los pendones se colocaron en fila formando un pasillo. Los vecinos de Mansilla además portaban una ofrenda floral para la Virgen que sería depositada en la ermita para celebrar la eucaristía cantada por el coro parroquial. Al finalizar la misa se celebró una comida de hermandad, se entregó una placa honorífica a los dos peregrinos más longevos y se repartieron las estampas conmemorativas.