«Las depuradoras permitirán que Carrizo recupere la fama truchera»

Después de doce años al mando del Ayuntamiento de Carrizo de la Ribera, el socialista José Luis Fernández Matilla quiere culminar un sueño, devolver a la localidad el esplendor de los años ochenta que tantos turistas logró atraer gracias a los cotos de pesca y a los platos elaborados con truchas frescas del Órbigo. Amante de la lectura y de la prensa por Internet, este ex banquero de 64 años de edad sigue defendiendo a José Luis Rodríguez Zapatero, que apoyó la depuración del río con un proyecto de 29 millones de euros.

— ¿Cómo afecta la crisis al Ayuntamiento de Carrizo?

— No somos un municipio dependiente de la construcción en ingresos, pero sí nos afectan los recortes de las administraciones. Por eso rebajaremos el presupuesto de las fiestas y los gastos municipales en luz, teléfono y calefacción.

— ¿Habrá tijeretazo también en las retribuciones de los miembros de la Corporación?

­— No son abultados. Todos los concejales reciben 40 euros por asistencias a comisiones y plenos. Casi igual desde 1995, porque estamos para servir al pueblo y no para lucrarnos. Yo, como alcalde, tengo además unos gastos de representación de 249 euros al mes.

— Su proyecto estrella es...

— Nuestro primer objetivo es convertir la localidad de Carrizo de la Ribera en la cabecera de la comarca con buenos servicios, tiendas, bancos y ocio. De ahí, la apertura de la guardería infantil y nuestro apoyo a las empresas, aunque deshechamos la idea de abrir un polígono industrial, porque confiamos en el de Villadangos del Páramo. Si la Junta puso en marcha ese macro-vivero y cuesta llenarlo, ¿cómo vamos nosotros a lograr mantener uno más modesto?

— Renuncian a crear un polígono, pero ¿incluirán, al menos, más suelo industrial en las normas urbanísticas?

— Sí, estamos modificándolas, porque datan del 2001, y queremos reservar suelo industrial, esperamos que ligado a un plan parcial que está en proyecto.

— ¿Qué reporta la Feria del Lúpulo al municipio, habrá novedades la próxima edición?

— Reporta imagen y público. Este edición se acercaron 40.000 personas, así que con un éxito tan rotundo tras seis años no pensamos en cambiar nada de cara al próximo año porque las carpas funcionan bien.

— Sin embargo, en esta edición faltó cerveza y hubo quejas...

— Sí, las cuatro cerveceras aportan 2.500 litros y lo que ocurrió es que faltó de una determinada marca, porque tuvo mayor demanda. Hay a gente que le gusta más la cerveza sin alcohol o con limón que de otro tipo. No obstante, compramos más el domingo por la mañana y se solucionó. No faltó cerveza, sólo de una variedad al superarse el consumo previsto.

— ¿Ha mantenido conversaciones para instalar una empresa cervecera, ya que son los principales productores españoles de lúpulo?

— Conversaciones no he tenido, pero sí sabemos que hay una empresa interesada en abrir una cervecera en la provincia y que está buscando terreno. Nosotros tenemos mucho suelo en la junta vecinal que podría servir para ese fin si se decidieran. De todas formas, en el proceso de elaboración, lo más caro es hacer la mezcla, porque el traslado del lúpulo es barato en trailers.

— ¿Cómo valora el incremento de productores de lúpulo?

— Sí, se da la paradoja de que la crisis ha revalorizado el campo, porque algunas de las personas que vivían de la construcción o que se han quedado en paro, han visto una buena opción en el cultivo de lúpulo. La cifra de productores es de medio millar ya.

— ¿Ofrecen ayudas para favorecer el empadronamiento?

— Sí, los empadronados gozan de descuentos en la guardería municipal y en las nuevas normas estamos diseñando catorce solares en el área de Villanueva de Carrizo para que los jóvenes puedan construir una vivienda barata. En Carrizo hemos cedido una parcela para que la Junta ponga en marcha 17 chalés pareados de protección.

— ¿Como recuperarán la fama que logró la zona con la pesca y los guisos de trucha?

— El primer paso ya se ha dado, depurar las aguas del río Órbigo con un ambicioso proyecto por el que apostó el Gobierno de Zapatero y que comenzó en el 2008. Se trata de construir tres grandes depuradoras con capacidad para 8.000 personas cada una en las localidades de Carrizo, Santa Marina y Villoria de Órbigo, lo que permitiría hacer más cristalinas las aguas, como les gusta a las truchas, desde Llamas de la Ribera a Soto de la Vega. Son casi 30 kilómetros y 29 millones de inversión. Después habría que solucionar otros problemas, como los lucios, y repoblar, pero creo que las depuradoras permitirán a Carrizo recuperar su antigua fama truchera.