La problemática laboral fue el anuncio del desastre

Fue en octubre del año pasado cuando los problemas del Ayuntamiento de Valderas, gobernado entonces por Eloy Rubio, del PP, comenzaron a salir a la luz. Los despidos de empleados municipales y el retraso en la nómina de septiembre motivó las quejas del sindicato Comisiones Obreras (CC.OO.), ante las que Rubio reaccionó negando los hechos.

Sin embargo, el ex regidor tuvo que plegarse a la realidad y abonó las nóminas citadas con un mes de retraso, tras reunirse con los afectados y representantes de la central sindical. También ofreció indemnizaciones a los trabajadores que reclamaban un despido improcedente. El sindicato denunciaba notificaciones de despido fuera de tiempo y forma y, además, que los retrasos en el abono de las nóminas ya habían empezado en el verano del año pasado. Rubio no realizó comentario alguno sobre la información que facilitaba CC.OO.

Un mes más tarde, tres concejales del equipo de gobierno del PP acusaban al alcalde de gobernar el municipio «como si de un cortijo particular se tratara». Alejandro Fernández, Pilar del Río y Elías Garrote acusaban al regidor de no contar con todo el grupo en la toma de decisiones y aseguraban desconocer la situación económica que, ya entonces, se presumía complicada. Pese a las diferencias que denunciaban, los concejales eludieron facilitar detalles concretos de la problemática municipal, mientras que desde el PSOE se calificaba la situación de guerra interna, «en la que no vamos a entrar».

Los concejales del PP que se desmarcaron de la gestión de Rubio denunciaron públicamente en enero que durante el 2010 sólo se había celebrado uno de los cuatro plenos ordinarios previstos por la ley y reiteraron su desconocimiento de las cuentas del municipio.