La alta población de osos convierte a la provincia en un donante potencial
Según la FOP, desde hace dos años estudian llevar ejemplares cantábricos a los Pirineos.
El proyecto de recuperación de osos en la Cordillera Cantábrica arroja unos resultados tan positivos que la Fundación Oso Pardo (FOP) considera que León y Asturias se han convertido en potenciales donantes de estos ejemplares a otras comunidades. El presidente de la FOP, Guillermo Palomero, confirma que desde hace dos años «se habla mucho de reforzar los Pirineos con osos del Cantábrico, unas conversaciones que aún no se han plasmado, sin embargo, en un proyecto concreto».
La Fundación sabe que existe un alto interés por parte de los ayuntamientos del Pirineo de llevar osos cantábricos a la zona para favorecer la repoblación antes que importarlos de Eslovenia. Ambos poseen el mismo origen genético, son de la misma especie y presentan el mismo comportamiento, pero Aragón cree que los osos leoneses y asturianos «son mejores, más buenos, porque atacan poco a los rebaños de ovejas y cabras, cuando en realidad esos ataques son escasos porque aquí abundan las colmenas», explica.
No obstante, Palomero reconoce que se intenta poner en marcha un programa Life que supedita el origen de los osos a trasladar a los Pirineos a un estudio de viabilidad sobre el número de posibles poblaciones donantes. El proyecto está aún pendiente de ser aprobado por Bruselas y si todo va bien, comenzaría a diseñarse el próximo año.
El coordinador de proyectos de la fundación, José Luis García, traduce a cifras la evolución de la subpoblación occidental, donde ya se contabilizan de 160 a 180 osos frente a los 50-70 de una década y media atrás. La media anual de osas con crías en el último quinquenio se sitúa por encima de 20, por lo que «no debería descartarse la idea de aportar ejemplares, especialmente hembras (los machos ya lo empiezan a hacer por su propio pie) de la subpoblación occidental a la oriental, algo que ayudaría notablemente a la recuperación de esta última, estancada en no más de 30 ejemplares y con sólo dos o tres hembras con crías a la vez».
La FOP opina que cualquier opción de trasladar osos cantábricos a los Pirineos «debería ir precedida de los necesarios consensos sociales y de los imprescindibles estudios de viabilidad», y no son partidarios de cerrar la puerta a ninguna opción de futuro sin haberla debatido previamente y sin esperar a los resultados de los estudios.
Según recuerdan, «es práctica común en conservación, la cesión de ejemplares de una especie cuando ésta ha desaparecido de algún lugar o es muy escasa». Como ejemplos próximos destacan el del lince ibérico, amenazado de extinción, pero trasladado de un núcleo de población a otro, con un programa de cría en cautividad y hasta donado a Portugal, donde está prácticamente extinguido. También el caso del grévol (un lagópodo de montaña), que habiendo desaparecido de los Pirineos va a retornar a la zona catalana gracias a ejemplares cedidos por Francia, o el del quebrantahuesos, cedido por una administración pirenaica al Principado para que esta carroñera vuelva a volar y reproducirse en territorio asturiano. «La solidaridad es un término que tampoco deberíamos desterrar en las acciones de conservación», insisten.