Diario de León

Superficie quemada.

Una cosecha de fuego en septiembre

Sólo en el incendio de Forna se quemaron más hectáreas de matorral y arbolado que en todo agosto.

Un helicóptero trabaja en la extinción del incendio de Forna, que dejó un paisaje de desolación.

Un helicóptero trabaja en la extinción del incendio de Forna, que dejó un paisaje de desolación.

Publicado por
A. Domingo | Redacción
León

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Con más de un millar de hectáreas arrasadas, septiembre se ha revelado como el peor mes de la campaña de incendios forestales, que la Junta de Castilla y León decidió la semana pasada dadas las condiciones climatológicas. Sólo el incendio de Forna (municipio de Encinedo, carbonizó 580 hectáreas —15 de arbolado y 565 de matorral—, lo que supone más superficie que toda la que ardió a lo largo del mes de agosto: 471,65, según los partes diarios de incendios de la Consejería de Medio Ambiente.

A falta de que se facilite el área devastada en Toreno —algunos cálculos la cifran entre 40 y 50 hectáreas— en septiembre se han calcinado 993,11 hectáreas, frente a las 140,47 hectáreas de julio. El total del trimestre asciende a 1.605,21 hectáreas afectadas en 275 siniestros, que se reparte en 60 en julio, 114 en agosto y 101 en septiembre. El dato arroja un buen resultado para la provincia en lo que al verano se refiere. Cabe recordar que el verano pasado se quemaron 992 hectáreas sólo en el incendio de Barjas, cuyo autor se puso en manos de la justicia. Por otra parte, cabe recordar que antes del inicio de la campaña de verano se habían quemado en la provincia 2.551 hectáreas en 218 fuegos, de las que el 206 fueron de bosque, 2.263 de matorral y 82 de pastos, datos que facilitó la delegación territorial de la Junta en la presentación del dispositivo para los últimos meses. Entonces, el jefe del Servicio Territorial de Medio Ambiente, Mariano Torre, señaló que los resultados de la campaña iban a depender en buena medida de los factores climáticos, a consecuencia del combustible vegetal que, gracias a la primavera, había crecido en los montes.

Y así fue, con un mes de julio marcado por las bajas temperaturas y las lluvias, la superficie que ha destruido el fuego se ha visto incrementada en función de la mejora del tiempo y del estado de la vegetación, hasta el punto de que la campaña entra ya en el mes de octubre. Se ha decretado su ampliación para la primera semana del mes y, de no cambiar la situación, se volverá a ampliar en otra semana.

La mayoría, intencionados. De nuevo, la mayor parte de los incendios fueron intencionados. Destaca que éste es el origen del 93% de los desastres del mes de septiembre, ratio que baja a un 72,8% en agosto, en el que el número de incendios causados por los rayos resulta inusual: 12, el 10,5%. Destaca que durante la jornada del 20 de agosto las descargas eléctricas fueron el origen, según los partes diarios, de 9 incendios, con otros dos al día siguiente. El mismo fenómeno sólo se registra en todo el mes en su primer día y, en septiembre, sólo 3 de los 101 siniestros en los que tuvieron que intervenir los servicios de extinción fue originado por los rayos, los mismos que en el mes de julio. En todo el trimestre sólo se registraron 10 incendios originados por causas accidentales, como el uso de maquinaria y la quema de rastrojos.

Los peores siniestros. Los peores siniestros del verano fueron el de Trabadelo, a finales de julio, fueron necesarios 100 trabajadores, 8 helicópteros de las comunidades de Asturias y Galicia, además de los medios aéreos propios, 25 soldados de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y existió riesgo de evacuación. El fuego se inició en cuatro focos distintos y se declaró el nivel 2 en el Infocal (Plan de Protección Civil ante Emergencias por Incendios Forestales). Hasta 172 hectáreas ardieron en agosto en Benuza, en un fuego que primero arrasó 92 hectáreas y otras 80 tras reproducirse.

Pero el pero del verano sucedió en Forna, en el municipio de Encinedo. El fuego comenzó el 9 de septiembre, supuso la declaración del nivel 2 de alerta en el Infocal por la proximidad de las llamas al pueblo y fue necesario el refuerzo de la UME y de medios de Asturias y del resto de la comunidad autónoma. Protección civil concentró a la población en la plaza del pueblo ante una posible evacuación.

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