El incendio que huele a chamusquina

Huele a chamusquina en el incendio de Ferral de Bernesga. Las versiones de la Junta y de la Unidad Militar de Emergencias (UME) sobre el operativo que extinguió las llamas que arrasaron alrededor de cien hectáreas de matorral a 2,4 kilómetros de la base del batallón leonés son contradictorias, ya que desde Conde de Gazola se asegura que se cumplió estrictamente el protocolo, mientras que la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta sostiene que no requirió el apoyo de la UME. «El incendio no reunía las condiciones de alto riesgo forestal» que contempla el Real Decreto 1097/2011 por el que se aprueba el protocolo de intervención de la UME. La Junta y el batallón niegan que hubiese retraso en la llegada de los servicios de extinción.

Desde Fomento y Medio Ambiente se aseguraba ayer que a las 10.30 horas del miércoles dio aviso del incendio «un agente forestal de la Junta» y que los primeros efectivos en llegar lo hicieron al cuarto de hora de producirse la alarma.

Con el tiempo, 32 brigadistas, dos bulldózer, dos agentes medioambientales, un técnico en extinción y dos helicópteros se reunieron en Ferral por parte de la Junta, que recibió «una buena ayuda» por parte de la UME «de motu proprio». La consejería afirmó que «es a partir del nivel 2 en el Infocal o en grandes situaciones de emergencia» cuando empieza la colaboración y que en casos de fuego «los brigadistas extinguen y la UME nos apoya», en el marco de una «colaboración extraordinaria».

No es lo mismo que apuntaban desde el batallón. «La UME cumplió escrupulosamente con el protocolo», así de tajante se mostró ayer el responsable de comunicación de la Unidad Militar de Emergencias en León, Javier Marcos, que desmintió rotundamente que se llegara tres horas tarde al incendio declarado en la localidad de Ferral del Bernesga, a tan sólo 2,5 kilómetros de su base en León.

Marcos explica que en el momento que la Junta de Castilla y León les solicitó su intervención en el incendio, se personaron inmediatamente en la zona con los medios que en ese momento tenían disponibles, ya que el resto de los efectivos estaban repartidos por varios incendios en las provincias de Orense y León. El retén de emergencia, que por motivos de seguridad siempre está disponible en la base, y que esta compuesto por 25 militares y dos camiones autobombas, se personó «inmediatamente» en el incendio, después de recibir el aviso emitido por la Junta, aunque desde la UME no se ha precisado la hora exacta de la llamada. Una vez allí, y tras realizar las primeras labores de extinción, se unieron otros 90 militares más, nueve autobombas y tres camiones nodrizas, que llegaron al Ferral después sofocar el incendio declarado hace días en Villar del Puerto. Momentos después, llegaron los brigadistas de la Junta de Castilla y León y juntos controlaron y sofocaron el incendio.

Javier Marcos explica que son la Junta de Castilla y León y con la Xunta de Galicia las que solicitan al Ministerio de Interior la intervención de la UME a través de las subdelegaciones del Gobierno. Es entonces cuando desde Interior contacta con el Ministerio de Defensa, que finalmente autoriza la intervención de los militares.

La UME de León trabaja ahora en los incendios declarados en Orense y en cuatro de León.