Diario de León

Los relatos negros de un calé

José Alfonso Jiménez, vendedor ambulante de La Bañeza que firma sus obras como Alfonso Reyes, publica Alubias a la bañezana, su tercer libro de narraciones.

Alfonso Reyes, con «Alubias a la bañezana», el tercer libro de relatos que firma.

Alfonso Reyes, con «Alubias a la bañezana», el tercer libro de relatos que firma.

Publicado por
A. Domingo | Redacción
León

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José Alfonso Jiménez escribe entre 80 y 100 kilómetros todos los días como vendedor ambulante en la zona de La Bañeza y cuando acaba la jornada recorre las líneas del procesador de textos con sus «relatos crudos, negros, broncos, con crimen, sexo, humor y una prosa y un estilo que cortan como una navaja abierta...», como describe en la portada de su tercer libro Alubias a la bañezana , que acaba de sacar de la imprenta, en el que mantiene los géneros negro y policiaco.

Como si fuera Carnaval, Jiménez se disfraza de Alfonso Reyes para firmar sus libros y rompe ahora su silencio después de cinco años sin aparecer en el panorama narrativo. A Crónicas negras de cualquier ciudad , publicado en el 2005, siguió La herida de los amantes unos meses más tarde. Ahora, Jiménez —mejor dicho, Reyes— localiza sus duros relatos en La Bañeza en la que ha vivido casi la totalidad de sus 45 años.

El literato ambulante no esconde su etnia gitana y asegura que precisamente este aspecto le sirve para tener un mayor reconocimiento por parte de quien conoce su hacer literario. También niega que el vocabularios que utiliza en sus relatos esté ligado a su raza. «Es un lenguaje práctico, directo, en el que se elimina lo que sobra», afirma.

Su afición de niño a la lectura no sólo le metió entre las páginas impresas, sino también en su creación. «Iba contracorriente. La gente de mi edad está empezando a leer ahora, que es lo que no hicimos a los 14 años. Algunos amigos me piden libros, aunque ahora ya es un poco tarde», explica. Pese a su interés por novelas y tebeos, tuvo que dejar los estudios para comenzar su vida laboral en cuanto finalizó la Primaria, entonces llamada Enseñanza General Básica (EGB).

De niño, conseguía los libros en las bibliotecas del colegio y del Ayuntamiento. Además, como muchos muchachos, adquiría un tebeo que luego cambiaba por otro en los quioscos de La Bañeza por un módico precio —«te cobraban un duro», recuerda— y fue a los 17 años cuando compró su primer libro, aunque no recuerda el título.

«Soy un escritor autodidacta. Tuve que aprender por mi cuenta, aunque Javier Menéndez —escritor leonés afincado en Cantabria— me ayudó y aconsejó bastante cuando estuvo en La Bañeza, en la radio municipal». Un autodidacta con fijación en los ambientes sórdidos de los estercoleros de la sociedad. «Quizá posea más visión para estas cosas porque en esta vida entramos todos: ricos, pobres, blancos y negros. Hay un montón de circunstancias y problemas que hay que afrontar y que cambian a las personas», asegura al tiempo que niega cualquier sustrato real: «Las historias son imaginarias, aunque suceden en cualquier ciudad, porque narcos hay en todos los lugares y las chicas que quieren comerse el bocadillo de la fama y la lamer la nata del triunfo y luego se estrellan también. La diferencia del nuevo libro está en que ahora se sitúan en la bañeza, en sus calles y en sus tradiciones y es el segundo relato, Alubias a la bañezana , el que presta el título al libro. Me inspiré un poco en el libro del catalán Andreu Martin No pidas sardinas fuera de temporada para titular mi obra», al más puro estilo long play , que se nombra como uno de sus temas.

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