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Una empresa granadina busca oro en la Maragatería con fondos de Canadá

La investigación afecta a un área de 4.500 hectáreas entre Lucillo y Foncebadón.

Parte del equipo que ha recogido muestras para los proyectos Caia y Gala de búsqueda de oro.

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pilar infiesta | redacción
León

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La empresa granadina Fernando de la Fuente Consultores impulsa desde el mes de abril un proyecto doble de investigación para la búsqueda de oro en León. Concretamente, el proyecto, bautizado como Caia y Gala, afecta a 4.500 hectáreas de La Maragatería. El área de exploración, ya tentada por una industria francesa hace tres décadas, se extiende de Foncebadón a Lucillo, y engloba terrenos de Rabanal del Camino, Santa Colomba de Somoza, Andiñuela, Villar de Ciervos y Valdemanzanas.

Según explica el gerente, Fernando de la Fuente, aún están en una fase «muy preliminar centrada en localizar indicios de la existencia del oro, aunque animados por las perspectivas». De hecho, los siete expertos que han trabajado en el análisis litogeoquímico, y que volverán la próxima primavera, han recogido 3.000 muestras del terreno para indagar qué volumen de oro contienen las rocas.

La Junta autorizó el plan investigador a tres años de la empresa el 18 de abril, con un presupuesto de 880.000 euros que financia la Bolsa de Vancouver (Canadá). De momento, han destinado 300.000 euros, pero la inversión podría tornarse millonaria en función de los resultados. «Si confirmamos que existe una cantidad de oro que permita delimitar un yacimiento rentable, la mina generaría trabajo directo e indirecto para mil familias, tras inversiones de cientos de millones de euros», indica De la Fuente. Llegar a ese punto no será fácil ni rápido, ya que las tareas previas a la extracción pueden dilatarse de seis a doce años. Aún queda sondear, cubicar y tantear si esas reservas auríferas pueden explotarse o no. La compañía, que ha reparado varios caminos vecinales, ensalza «la buena acogida» que les han dispensado los alcaldes de la zona. Entienden que si el negocio prospera se convertiría en un auténtico revulsivo para la comarca.

Otros dos focos. Según el servicio territorial de Industria, el interés por el oro se rastrea además en otros dos focos de la provincia, Salamón y Omaña. El primero fue descubierto por British Petroleum en 1985 y analizado hasta el 2008 con siete millones de euros por la Sociedad de Investigación y Explotación Minera de Castilla y León (Siemcalsa), que ha logrado definir un yacimiento de un millón de toneladas (la masa crítica para ser rentable es de dos millones de toneladas). Ahora, «quieren retomar las tareas y abordar una explotación de menor tamaño, aunque se enfrentan a un problema añadido: al estar en un espacio protegido, lograr permisos es más complicado», explica el jefe de Industria, Fernando Bandera.

El proyecto de Omaña, en Santibáñez de la Lomba, funcionó hasta los 50 con impulso de la inglesa Río Negro Limited, ligado a la extracción de cobres grises. La búsqueda del dorado ha atraido a León a multinacionales como Río Tinto (Inglaterra), Outokumpu (Finlandia), Río Narcea Gold Mines (España) y Lundin Mining (Suecia).

La «mayor oportunidad perdida en la provincia para desarrollar una explotación aurífera», según los geólogos de la Junta, se registró en los aluviales de los ríos Omaña y Ería a finales de los ochenta. El proyecto disponía de licencia de explotación, tras el éxito de las catas, pero la fuerte oposición de Mataluenga, Pedregal, Santiago del Molinillo, San Martín de la Falamosa y Las Omañas arruinaron el negocio de la sociedad Promotora de Minas de Carbón (PMC). Los habitantes creían que la explotación condenaría el futuro del valle al quedar los terrenos inservibles para la siembra, desconociendo que el método pasaba por dragar los cauces de ambos ríos con una tolva y aprovechar una piscina de 50 m2 para una restauración automática. La empresa pretendía mover tres millones de m3 de agua, con contenidos de 120 miligramos3, y usar una draga flotante que llegaron a construir en Holanda y que, finalmente, tuvieron que destinar a otro proyecto en Latinoamérica. La inversión inicial superaba el millón de euros. La tierra de Las Omañas es rentable, según los estudios realizados por Dome Mining Co en 1920, Aurífera del Órbigo en 1944 y Sevelar, en 1981, que reflejan unas reservas de 24 millones de m3.