Empresas e instituciones se oponen a que LAR abra su granja en Valderrey

Tras desbloquear en octubre del año pasado el trámite ambiental ante la Junta de Castilla y León, que consideró que Leche Lar no precisaba licencia ambiental integrada para la puesta en marcha de una explotación ganadera y de cogeneración eléctrica en Valderrey tras haberse paralizado el proyecto durante dos años por este asunto, las alegaciones a la licencia ambiental que debe conceder a las instalaciones el Ayuntamiento en el que se quiere ejecutar un proyecto con unos seis millones de inversión se enfrenta ahora a las alegaciones que se han presentado contra la necesaria autorización de uso excepcional de suelo rústico y la licencia ambiental.

Contra el trámite urbanístico han alegado el Ayuntamiento de Riego de la Vega, las juntas vecinales de esta localidad y la de Bustos y la Asociación de Productores Agroalimentarios de la Vegas Órbigo y Tuerto, mientras que contra la licencia ambiental alegan las entidades citadas, excepto la pedanía de Bustos, además de ocho empresas de los polígonos industriales de Valderrey y Riego de la Vega y la firma en contra del proyecto de 140 particulares.

Según el alcalde de Riego de la Vega, Miguel Ángel Martínez (PSOE), sus vecinos ven la granja como «una bomba ambiental, que afecta directamente a la localidad y a las actividades que se desarrollan en el polígono industrial, de carácter agroalimentario en su mayoría» y añade que el estudio de impacto ambiental «ignora, no sé si intencionadamente, la población de Riego de la Vega, que es la más afectada» por la explotación, al encontrarse a «menos de 900 metros» de la explotación.

Escritos coincidentes. Martínez explica que ni su Ayuntamiento ni la Junta Vecinal de Riego han sido informados del documento inicial para la tramitación del estudio de impacto ambiental, como partes directamente afectadas», lo que supone «un incumplimiento de la ley». El regidor explica que en las alegaciones se contempla que la ganadería «afecta directamente al Camino de la Virgen y la calzada romana de la Vía de la Plata». El impacto visual de las edificaciones es otro de los aspectos que consideran las alegaciones, así como la «difícil gestión» y los residuos que se generarán al año, que cifran en unas 60.000 toneladas y que afectarán, indican, a la red hidráulica superficial y las aguas subterráneas. Además, el agua que consumirá la explotación «no existe en el subsuelo de la zona, pudiendo verse afectado el abastecimiento de agua» de Bustos, Valderrey y Riego. Por otra parte, los vientos dominantes dirigen los olores a las localidades de Riego de la Vega y Castrillo de las Piedras.

También se subraya la afección de la granja sobre una futura área de servicio que se construirá en la autovía A-6. Las alegaciones de la pedanía de Riego son muy similares a las del Ayuntamiento. Los mismo sucede con las de la Asociación de Productores Agroalimentarios de las Vegas Órbigo y Tuerto, que destaca el perjuicio que ocasionarían a las empresas agroalimentarias los malos olores de los establos, ya que, según la documentación que se aporta del proyecto, no se concreta cómo se eliminarán éstos. Aseguran que el polígono de Riego emplea a 300 personas.

El presidente de los productores agroalimentarios, Jacinto Peñín, manifestó la incompatibilidad que, según estima, existe entre la producción de alimentos en Valderrey y Riego y la existencia de la granja.