Diario de León

Los remolacheros necesitan mejorar los rendimientos para competir

Sólo una productividad de 120 toneladas por hectárea mantendrá vivo al sector.

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J. López | Ical

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El sector remolachero de Castilla y León dio un paso más para llegar a niveles de rentabilidad que le permitan competir con otros productores europeos y en esta campaña 2011-2012 alcanzó cifras récord de productividad con 105 toneladas por hectárea de media y también de riqueza, con 18,29 grados, equivalentes a 16,76 toneladas de sacarosa. Son cifras muy superiores a las de otros países europeos, como pone de manifiesto que en Francia, por ejemplo, los rendimientos por hectárea estén en 97 toneladas y la riqueza se quede en 16 grados, pero que no sirven para cuadrar las cuentas de los cultivadores.

¿La razón? Producir una hectárea de remolacha cuesta de media en la Comunidad 1.200 euros más que en Francia, con lo que los beneficios para los cultivadores de Castilla y León se reducen considerablemente. ¿La solución? Alcanzar esa productividad de 120 toneladas de remolacha por hectárea que marca el Plan 2014 para compensar con más producto los mayores costes. Sólo así, el sector podrá luchar en un mercado liberalizado, que es lo que marcará la reforma de la Política Agraria Común y sólo así hay alguna garantía de mantener la producción en la Comunidad.

Que el sector remolachero en Castilla y León ha experimentado un crecimiento espectacular pese a los recortes de las reformas agrarias europeas no lo duda nadie. En el año 2000, la productividad por hectárea era de 70 toneladas, es decir, ha crecido más de un 30% en apenas doce años, algo que pocos sectores productivos han logrado. En sólo un año, el crecimiento ha sido de diez toneladas por hectárea, ya que en la campaña 2010-2011 se lograron 95 toneladas. Estos valores históricos han sido fruto de una climatología óptima que no ha propiciado las plagas y enfermedades, pero también de la profesionalización e inversión de los remolacheros.

Pero no es suficiente. Para que los cultivadores de Castilla y León se equiparen en competitividad con los europeos, por ejemplo con los franceses, deberían producir unas 30 toneladas por hectárea más que ellos, dado que el gasto en regadío en el país galo es casi nulo y esa producción extra permitiría igualar el beneficio por hectárea.

Tras concluir la campaña 2011-2012, Castilla y León se sitúa en lo más alto de la riqueza media y los rendimientos de la remolacha en Europa. Al comparar a la región con el resto se desvela que los 18,29 grados de riqueza superan a países tradicionalmente cultivadores, al igual que sucede en la producción de toneladas por hectárea.

Menor margen. Este incremento de la productividad no ha sido gratis. El agricultor ha visto subir sus costes y bajar su beneficio. La media de costes variables de la última campaña ascienden a 2.138,47 euros por hectárea y a otros 506,56 euros de costes fijos, lo que se compensa con unos ingresos de unos 4.000 euros, con lo que el beneficio neto se sitúa en unos 1.360 euros.

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