Alas para el descanso y los negocios

Con una inversión de 3,5 millones de euros y a falta del último papel para comenzar a trabajar, las obras de construcción del aeródromo de Pajares de los Oteros quieren despegar en mayo para que la instalación esté operativa en el plazo de un año. Impulsado por el Club Deportivo Air León, la infraestructura quiere dar cobertura a la práctica de los deportes aéreos, además de convertirse en centro de referencia de aviación general (la que no es comercial ni militar) en el noroeste peninsular. Su pista estará preparada para que aparatos de menos de 3.500 kilos puedan despegar y tomar tierra.

Se trata de un aeródromo que, pese a su carácter privado, estará abierto a la navegación sin cobrar tasas por el uso de la pista. La rentabilidad, según explicaron desde Air León, se obtiene a partir de las inversiones que arrastre la infraestructura, motivo por le que se presentó en la Cámara de Comercio de Barcelona el otoño pasado y por el que se ha establecido contacto con empresas interesadas en instalar talleres y servicios para la aeronáutica, además de contemplarse el turismo enológico que ofrece la zona y su riqueza cinegética como atractivo para el público que, en avioneta —sinónimo de alto poder adquisitivo—, se acerque a la zona. Centro logístico de paquetería, servicios de extinción de incendios y fumigado de explotaciones agrícolas, son otras de las utilidades que se quiere dar al recinto, además de servir de helipuerto —el proyecto inicial contempla dos pistas y existe espacio para construir otras—.

La escuela de pilotos. Por el momento no existen compromisos firmados ante la necesidad de los empresarios de constatar que el aeródromo se convierta en realidad. Ya es seguro, aunque en León suene a promesa electoral, que contará con escuela de pilotos en las que conseguir las licencias ULM (los ultraligeros entelados constituyeron la primera generación de este tipo de naves que en la actualidad incluyen avionetas que superan los 200 kilómetros por hora de velocidad de crucero) y PPL (piloto privado en vuelos no remunerados de aparatos de un solo motor). Además serán los dos instructores de vuelo de la academia y la persona encargada del mantenimiento el personal del aeródromo.

Llegar al punto en el que sólo hace falta el último papel, relativo al impacto sonoro, para que los obreros y las máquinas comiencen a preparar la pista ha costado unos cinco años de gestiones y papeleo. La primera, conseguir el terreno, fue posible gracias al alcalde de Pajares de los Oteros, Julio César Fernández, que logró la cesión de 127.757 metros cuadrados por 50 años de una finca adecuada para que Agencia Estatal de Seguridad Aérea del Ministerio de Fomento declarase el 19 de noviembre del 2010 la no existencia de inconveniente operativo tras consultar al Estado Mayor del Aire y las Direcciones de Aeropuertos y Navegación Aérea de Aena. Además, la Junta de Castilla y León autorizó el uso excepcional de suelo rústico para edificaciones e instalaciones de interés público para los terrenos.

Banderín de enganche. La instalación será pionera en una provincia en la que, además del aeropuerto, sólo existen dos campos de vuelo autorizados (Santa María del Páramo y Villamarco) y en la que es necesario el pago de tasas por utilizar el aeropuerto de León en un horario muy concreto para las prácticas necesarias para la obtención de licencias. La gratuidad de la pista es el enganche por el que la academia León Avia ha mostrado interés por trasladarse a Pajares cuando esté preparado.

Por otra parte, la necesidad de un mantenimiento estricto de las aeronaves de recreo y el excesivo tráfico en el Aeropuerto de Cuatro Vientos son las bazas para lograr que empresas dedicadas a estas tareas se instalen en Pajares, señala Air León. La inversión en el proyecto, aseguran desde el club deportivo, está asegurada y continuará en sucesivas ampliaciones.