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Detenido tras huir en su coche de la policía y chocar contra una gasolinera

El arrestado no dudó en circular por las aceras para evitar que le dieran alcance.

Estado en el que quedó el surtidor de gasoil contra el que se empotró el turismo.

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a. DOMINGO | REDACCIÓN
León

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Astorga se convirtió en la madrugada de ayer en escenario de una persecución policial de película que finalizó con la detención del conductor y único ocupante de un vehículo que, por motivos que se desconocen, huía de una patrulla de la Policía Local. Todo finalizó en la gasolinera de la avenida de Ponferrada, que sufrió distintos daños, al igual que el turismo, con importantes desperfectos y su morro indicando al cielo, en un ángulo de unos 45 grados.

Todo comenzó sobre las cuatro de la mañana, en la zona de la calle del Palomar de la Bigarda, cuando una patrulla de la Policía Local detectó la presencia de un coche sospechoso, un Fiat modelo Bravo. El vehículo policial dio la vuelta para identificar a sus ocupantes, maniobra que advirtió el conductor del turismo y que le llevó a imprimir al coche una velocidad inusitada. Es entonces cuando se inicia la persecución —algunas fuentes estiman que pudo prolongarse durante diez o quince minutos— por diferentes calles de la ciudad. Derrapes, frenadas y circulación por las aceras forman parte de las siguientes escenas que se desarrollan en una ciudad que aún dormía.

Una larga frenada. Fugado y perseguidor encaran la calle de León en sentido a la gasolinera. Allí se observa un frenazo de unos cincuenta metros marcado en la calzada —delimitado entre una carnicería del citado vial y el quiosco de prensa junto a la estación de servicio—. Pero la larga frenada no permitió al conductor controlar su vehículo, que, unos metros más adelante, colisionó, aunque tuvo suerte, y mucha.

El Bravo pasó entre dos isletas de surtidores —algunas fuentes indicaron que rozó una columna— para empotrarse contra un surtidor de gasóleo agrícola y de calefacción, que quedó destrozado en el suelo. Los agentes bajaron del turismo para hacerse cargo de los fugados. Al final, resultó que el turismo estaba ocupado por una sola persona, a la que detuvieron los agentes pistola en mano y esposaron tumbado en el suelo. Posteriormente, iniciaron el registro del turismo, pensando que en su interior podrían encontrar el botín de un robo o, quizá, alguna cantidad de droga, pero nada de eso apareció. Los agentes sometieron al arrestado a una prueba de alcoholemia, cuyo resultado no ha trascendido.

La gasolinera se encontraba cerrada en el momento de producirse el accidente y se avisó a sus responsables para informarles de lo sucedido y tomasen medidas ante un eventual suceso en las instalaciones.

El detenido, un astorgano de unos 25 años, fue conducido a dependencias policiales y ayer por la mañana pasó a disposición judicial para quedar en libertad con cargos. Conducción temeraria, los daños ocasionados y omitir las indicaciones de los policías pueden formar parte de la acusación del Fiscal.

Riesgo real. De lo que están seguros muchos de los que ayer conocieron los hechos es de que la escapada podía haber finalizado en una desgracia si el turismo hubiera arrancado de cuajo un surtidor de gasolina o si hubiera impactado contra una de las columnas del área de servicio, en cuyo bar aún se trabajaba y en el que vieron al coche pasar a un gran velocidad. Según se pudo saber ayer, el vehículo perdió parte de un alerón en el transcurso de la persecución.

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