Palencia depende de Riaño para hacer frente a su «grave» situación
A pesar de que León es una de las provincias menos señalada por la sequía —que afecta de manera «extrema» al secano y al 70% de los pastos de la Comunidad— todo apunta a que el agua de Riaño se convertirá en uno de los bienes más preciados.
Y es que, según anunció ayer la consejera de Agricultura y Ganadería, Silvia Clemente, la vecina Palencia es una de las provincias más afectadas por la falta de lluvia. Sus ganaderos se enfrentan a un problema «grave», ya que se han visto obligados a recurrir a complementos alimenticios por la falta de pastos, con el consiguiente gasto económico que supone para las explotaciones.
En cuanto a la agricultura, Clemente calificó la situación de «extrema», si no llueve en los próximos «siete o diez días». Por el momento, la sequía afecta al 19% de la superficie sembrada de cereal en la Comunidad (170.000), unas 370.000 hectáreas, y la mayor incidencia, la registra el este de Soria, con un 65%, así como el centro y el sur de Palencia, que también está «especialmente» afectado.
El caso de la ganadería es «más grave», ya que el 70% de los pastos se han perdido. Una de las zonas que pasa por un momento «especialmente grave» es el Cerrato palentino, explicó la consejera tras celebrar el Consejo Regional Agrario, donde se analizó los efectos de la sequía en la Comunidad.
Ante esta situación, Clemente advirtió de que «es necesario» adelantar las ayudas europeas «de inmediato», porque la ganadería «no puede esperar hasta el 15 de octubre». «Así se lo plantearé al Ministerio», aseveró. También apoyó la demanda de las opas de subir la cuota del IVA, que reciben los ganaderos, del 8,5 al 10%.
Clemente quiso destacar ayer que la Junta ya ha comenzado a pagar unos 80 millones de euros de las primas por vacas nodrizas y por sacrificio de la pasada campaña. Además, anunció que la Consejería comenzará a llevar agua a las zonas más afectadas para el ganado.
Por otra parte, informó de que la Junta está elaborando un decreto que facilite el uso de muladares, donde depositar reses muertas, para reducir los ataques de los lobos a la cabaña ganadera.