omaña
El lavado de cara de la Garandilla
La primera romería tras la Cuaresma une a las vírgenes de las Angustias y el. Rosario .
De nuevo la Garandilla volvió a triunfar con las flores y en Valdesamario se alzaron con el título de mejores cantantes de la Salve. Así llegó el desenlace de la tradicional rivalidad que cada año envuelve los preparativos de la romería de la Garandilla que se celebró ayer. Una rogativa que abre el calendario de procesiones populares. Según cuenta la tradición, antaño, la Pascua marcaba el comienzo de las romerías, tras el parón del invierno y la austera Cuaresma, y es Valdesamario la primera de un programa que antiguamente imploraba a patronas y santos las bendiciones para el campo y las cosechas.
En esta ocasión, la Virgen de la Garandilla lució un lavado de cara, después de una profunda restauración que le ha devuelto su policromía original. Un profundo trabajo que se ha centrado en eliminar las capas de pintura con las que a lo largo de 300 años se fue embelleciendo a la escultura. La talla de la Virgen de las Angustias que data del siglo XVII, salió como cada año de su santuario más conocido como «la Catedral de Omaña» portada a hombros por las mujeres y acompañada por una veintena de pendones de toda la provincia.
Juntos, y bajo un sol radiante pese a que hace pocos días la nieve cubría la zona, recorrieron los cerca de dos kilómetros que separan el santuario de Valdesamario, donde también la mujeres sacaron a hombros a la Virgen del Rosario para el esperado encuentro de las dos «compañeras». Los paños en dos columnas abrieron un pasillo a La Garandilla que recogió la reverencia de la Virgen de Valdesamario. Un detalle que revela la calidad de la anfitriona.
La restauración de las Angustias no fue el único motivo de alegría en esta edición de la rogativa que se recuperó del olvido hace cuatro años. A modo de doble homenaje, podría decirse que Valdesamario entero se ha volcado en un proyecto que verá la luz y endulzará los oídos en verano. Angelines García Álvarez escribió poco antes de morir un himno a su Garandilla. Una letra, que algunos definen como «una carta de despedida de la difunta» que el coro parroquial de Valdesamario recuperó y grabó el pasado jueves y de la que se editarán entre 100 y 200 copias para los que quieran conservar en el tiempo la alabanza a la Virgen de la Catedral de Oñama.
Además, una promesa, la Coral Isidoriana entonará la letra a la Garandilla que se incluirá en el próximo disco de himnos marianos de la provincia.