Caín se abre como única puerta a la ‘garganta divina’

La ruta del Cares es el principal reclamo turístico de la Comarca de los Picos de Europa, especialmente en la zona leonesa y supone un recurso turístico de nivel internacional. Por ella transitan anualmente más de 400.000 personas, si bien la entrada más frecuentada es la asturiana de Poncebos, dado que es en aquel lado donde se acumula un mayor número de turistas que tienen más a mano ese acceso. La parte más espectacular de la ruta, más angosta y encajada, aquella donde la verticalidad asombra al visitante y que mereció que el Marqués de Santa María del Villar la denominase la «Garganta Divina del Cares» se encuentra mayoritariamente en la zona leonesa, que es el tramo que nadie quiere dejar de ver.

El corte producido tras el derrumbe no impide visitar la Garganta Divina desde Caín, es más, obliga a quien quiera disfrutar de semejante paisaje a hacerlo entrando por Posada y Caín, lo que pudiera suponer un incremento de visitas mientras la ruta permanezca cortada.

El alcalde de Posada, Tomás Alonso, insiste en este extremo y afirma que la senda «se puede seguir visitando en toda su vertiente leonesa, que es lo más guapo de la ruta, por lo que animo a cualquier interesado a que se acerque desde Posada a Caín, con lo que además descubrirá el valle de Valdeón en su conjunto que no tiene nada que envidiar al resto de los Picos».

Los hosteleros de Caín no son de esta opinión y aseguran que el número de clientes que reciben desde Poncebos es muy elevado y que notarán mucho su ausencia, matizando que lo que sí se va a echar en falta son las excursiones organizadas en las que el autobús deja a los senderistas en Posada y les recoge en Poncebos tras realizar el recorrido en una sola dirección, cosa imposible hasta que la zona derrumbada pueda volver a estar dispuesta al tránsito.