Dos cautivos en Picos de Europa
Atilano se reunirá con Deva para formar la primera pareja de quebrantahuesos .
El último quebrantahuesos nacido en cautividad en Aragón, y cuyo objetivo es soltarlo en los Picos de Europa, es un macho, se llamará Atilano y, cuando está a punto de cumplir un mes, pesa casi dos kilos y le han comenzado a salir sus primeras plumas en las alas.
Así lo ha señalado el naturalista Gerardo Báguena, director del Centro de Cría en Aislamiento Humano (Criah) de La Alfranca, en Pastriz (Zaragoza), lugar de nacimiento de Atilano, el pasado 25 de marzo, y donde tiene un crecimiento normal y una evolución favorable.
El día 14 de abril, el polluelo tuvo su primer contacto con los seres humanos para ser sometido a un primer chequeo veterinario y, ahora, tras analizar las muestras de sangre y observar su cuerpo se ha sabido el pasado lunes que es un macho y que se encuentra libre de patologías.
Se llamará Atilano como un reconocimiento popular a un pastor, del mismo nombre, muy popular en los Picos de Europa.
Atilano hará compañía a Deva, una hembra de tres años y único quebrantahuesos que vive en los Picos de Europa tras ser reintroducido en 2010, gracias a un protocolo de colaboración entre los gobiernos aragonés y asturiano.
El otro polluelo, denominado Leoncia en homenaje a una pastora que trabajaba en esa zona, fue hallado muerto después de ser soltado también en 2010.
El hecho de que ahora vaya a haber una hembra y un macho significa que va bien el programa de reintroducción de la especie, que busca un 50 por ciento de reparto entre ambos sexos, aunque reconoce que ha sido «fruto del azar».
Esa característica de azar se da ya que, según ha explicado, no se sabe qué sexo va a tener el polluelo cuando rescatan, por el alto riesgo de que no prospere, un huevo de algún nido de quebrantahuesos en el Pirineo, donde vive el mayor número de parejas reproductoras de esta especie en Europa.
Ahora, el siguiente paso es el traslado al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, en el Pirineo oscense, en la primera semana de mayo, donde permanecerá entre 80 o 90 días al cuidado de las mismas personas.
Posteriormente se llevará a la Montaña de Covadonga para proceder a su suelta, una vez se cuente con el permiso de la autoridad ambiental, cuando tenga unos 120 días de vida, unas plumas de 50 centímetros, un peso de unos cinco kilos y dos metros y medio de envergadura.