La alfarería y los Mayos se unen en una fiesta popular

El Alfar-Museo se convirtió en el centro de la fiesta en la noche en la que el municipio planta sus Mayos artísticos, aunque, Santa Elena, más madrugadora, los había colocado ya este fin de semana. En Jiménez, localidad en la que el muñeco colgado de un tronco se convirtió en escena, la hornada anual del centro artesano se hizo coincidir con la plantada. El horno árabe se había encendido sobre las cuatro de la tarde del lunes y en algo alivió el frío de la noche para quienes quisieron acercarse a su calor y al chocolate que ofreció el Ayuntamiento. Además, el grupo tradicional Bañezaina puso la música a las calles.

Alfarería y Mayos también se abrazaron en el que se dedicó a Martín Cordero, maestro artesano del museo viviente desde que se abrió la institución hasta su fallecimiento, en septiembre del 2007, a pocos metros de la entrada a la exposición. El horno se apagó sobre la una y veinte de la madrugada de ayer, después de unas diez horas de cocción, y se abrirá esta mañana, cuando las piezas ya estén frías.

En Jiménez, donde van mermando el número de Mayos que se exponen, se representó a la maestra, la planchadora, el pelotari que jugaba en el frontón de tapial, demolido hace unos años para construir nuevos edificios, mientras que en Villanueva y Santa Elena se colocaron algunos peleles colgados, además de escenas como la cosecha y criba del garbanzo, Santa Elena en la mochila y el regreso al pueblo.