Justicia sin toga pero con estrella
El colegio de La Salle de Astorga recibe el viernes el reconocimiento de Comercio Justo y se convierte en el primer centro educativo de la comunidad en ostentarlo .
El grupo de alumnos que en la actualidad colaboran con Comercio Justo en La Salle.
Son adolescentes que les gusta el fútbol, la moda y salir con sus amigos, pero además cada jueves invierten su recreo en vender a sus compañeros productos que garantizan relaciones comerciales dignas, es lo que ellos han bautizado como almuerzo justo. Además cada quince días se reunen para tratar temas sociales e intercambiar opiniones sobre la justicia y, los viernes vuelven al colegio sobre las cinco de la tarde para montar una tienda con los artículos de Comercio Justo.
Estos son sólo algunos ejemplos de la labor de este grupo de catorce alumnos de los últimos cursos de la ESO, que guiados por cinco profesores y con el apoyo de toda la comunidad educativa del colegio, recibirán el viernes el reconocimiento de Comercio Justo, un premio más que merecido y una prueba de que no hacen falta grandes medios, sino ilusión y dedicación, para lograr proyectos importantes. La Salle se convierte así en el primer centro de Castilla y León en ostentar este título, un reconocimiento que además cobra especial relevancia por el tamaño del colegio que ha logrado superar a otros con un importante volumen de trabajo. Un ejemplo más de que lo pequeño a veces resulta gigantesco.
El pilar de este proyecto es la educación en la justicia, una de las líneas básicas del ideario del centro, resalta una de las promotoras del proyecto, «los alumnos desde infantil se sensibilizan con la solidaridad y cuando llegan a los últimos cursos se les ofrece la posibilidad de colaborar con la oenegé Progreso y Desarrollo (Proyde) que promueve los intercambios justos». Sin embargo, aunque el diploma llegue en 2012, el proyecto cuenta con una década de antigüedad y los protagonistas saben que el premio es el reconocimiento a muchos años de esfuerzo.
En este camino, no sólo están involucrados este grupo de adolescentes que han logrado posicionar a las estrella de La Salle en un lugar privilegiado, también los profesores y antiguos alumnos se han esforzado y lo siguen haciendo para conseguirlo. El ejemplo es la base sobre la que descansa la iniciativa. En el colegio todo el café que se consume es de Comercio Justo y los regalos que se hacen a los invitados también llevan la firma de la Justicia.
Estos chicos y profesores han logrado un nuevo paso, y continuarán trabajando para que el proyecto crezca y salga de los muros de La Salle. Quizá lo más importante sea que los alumnos además de aprender Lengua, Historia o Matemáticas podrán poner en su currículum una Matrícula de Honor en Justicia, aunque sin toga, practicada desde la infancia.