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La educación mueve montañas

La Salle de Astorga es desde ayer el primer colegio de la comunidad y el sexto de toda España que puede presumir del reconocimiento de Comercio Justo .

Las profesoras responsables del proyecto, Vicente Clemente y Francisco Mateo con el diploma.

Publicado por
Ana G. Valencia | astorga
León

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Diez años han pasado desde que en el colegio de La Salle de Astorga comenzara a colaborar con Comercio Justo. Una década de esfuerzo, dedicación y ejemplo que ha visto pasar a multitud de alumnos y personal docente implicado en impartir una formación al margen de los libros y basada en la justicia. Mucho tiempo y una labor incondicional que ayer recibió de manos del director de la oenegé Promoción y Desarrollo (Proyde), Vicente Clemente, el reconocimiento de Comercio Justo. La Salle de Astorga se convierte de este modo en el primer centro de Castilla y León en ostentar esta mención y el sexto colegio de España en recibirlo.

La alcaldesa de la ciudad, Victorina Alonso, fue la encargada de inaugurar el acto que se celebró en el Salón de Plenos del Ayuntamiento, donde los concejales y las discusiones políticas dieron paso a los alumnos y la justicia social.

La regidora agradeció a las coordinadoras de este proyecto su esfuerzo para hacer posible que el comercio no sea una actividad en la que sólo se beneficia una parte. «La educación es el arma más importante para el cambio, por ello, es loable que un colegio de nuestra ciudad se involucre de manera tan activa en una iniciativa que pelea para mejorar la situación de otros muchos». Alonso calificó de «merecido» este premio y animó a los alumnos, el pilar más importante sobre el que se sustenta este trabajo, a «seguir en esta línea para lograr que el cambio no entienda de fronteras».

Nuevos retos

El trabajo de este grupo de alumnos y profesores puede marcar también el comienzo de la andadura para que Astorga sea incluida en la red de ciudades por el Comercio Justo, como subrayó la socialista al concluir su intervención.

Un video explicativo de la labor que se realiza desde La Salle acompañó el acto, y contó además con un breve testimonio de uno de los alumnos implicados, que explicó las diferentes actividades que se desarrollan y que ayer fueron objeto de reconocimiento. Las reuniones, la tienda de los jueves en el recreo y la de los viernes para que los padres compartan las experiencias de sus hijos son los ejes centrales de este trabajo, que es, no obstante, una de las líneas básicas del ideario del centro y que casa a la perfección con la educación en la justicia, la igualdad y la solidaridad con el prójimo.

Vicente Clemente, director de Proyde, fue el encargado de hacer realidad el sueño de muchos de los presentes en el salón. «Este premio es un motivo más para sentirnos parte viva de nuestra sociedad», argumentó el director de la oenegé, quien instó a todos los alumnos a promocionar la economía solidaria y el consumo de manera responsable.

Con el nuevo título en su poder y entre aplausos, el director del centro, Francisco Mateo, concluyó el acto con cuatro palabras que resumen además el espíritu del proyecto: orgullo, educación, ciudadanía y gratitud, «en la que nos englobamos todos».