Una foto única
Además, de las hazañas de Don Suero, las Justas se desenvuelven bajo la atónita mirada de los peregrinos que caminan hacia Santiago, las cámaras de los japoneses que nunca han visto otra ocasión mejor que fotografiar y el orgullo de los lugareños al saberse los protagonistas de la fiesta medieval más importante de la provincia. Pero no sólo los caballeros salen triunfantes, también los gaiteros y los pendones, y por supuesto, las damas del Passo, que ensayan durante un mes un baile único para ese día.