Huerga de Frailes
La Guardia Civil afirma que no hubo violación porque la anciana se resistió
Andrés López actuó en la paliza como en las agresiones sexuales que se le atribuyen.
La Guardia Civil estima que la mujer apaleada en la carretera de Huerga de Frailes a Matalobos del Páramo no fue víctima de una violación al conseguir poner en fuga a su presunto agresor, Andrés López López, conocido como el violador de ancianas. Así lo manifestó el agente de la Guardia Civil que instruyó la investigación en la segunda jornada del juicio que se sigue contra López por un delito de lesiones que ayer quedó visto para sentencia.
El Ministerio Fiscal elevó a definitivas las conclusiones provisionales, y pide una pena para el reo —condenado ya en febrero por violación— de tres años y seis meses de prisión, además de 2.288 euros de indemnización por incapacidad, 7.918 por secuelas y 964 euros los gastos originados al Sacyl por la asistencia médica a la víctima. La defensa volvió a pedir la absolución de su patrocinado.
Durante la declaración del agente, se hizo referencia a las agresiones sexuales que las investigaciones policiales atribuyen a Andrés López, vecino de Quiroga (Lugo) hasta su detención en julio del 2010 y más en concreto, a la violación de una anciana de 84 años también en Huerga de Frailes, cometida dos años antes de la paliza objeto de la causa juzgada ahora en el Juzgado de lo Penal número 1. La violencia que empleó López contra la mujer de 60 años a la que apaleó se corresponde, según el agente, con la que empleó en otros casos.
El vehículo que utilizó, la descripción física, edad y vestimenta relacionan al reo con la paliza y los delitos contra la libertad sexual que la Guardia Civil le atribuye. De hecho, el agente señaló que a la paliza no siguió un posible delito contra la libertad sexual «por la oposición que mostró la mujer y porque consiguió poner en fuga al atacante al decirle que venía su marido».
El fiscal dejó claro en sus conclusiones que el juicio celebrado se refiere a un delito de lesiones y no de agresión sexual, del que ni siquiera hubo intento y que la víctima evitó con sus gritos. Para el ministerio público no existen dudas de que la víctima, que recibió 33 puntos de sutura a resultas del ataque, identificó a su agresor tanto en dependencias policiales como en el juicio. Además, el marido y otra persona vieron la furgoneta utilizada por el agresor «a una velocidad no adecuada —y no era el panadero—», tras cometerse el ilícito.