veguellina de órbigo
El baúl de los recuerdos
El pueblo se viste a la moda de los años 50 para recibir a la afluencia de visitantes que durante el fin de semana han dejado su huella en el mercado tradicional.
Dos curas disfrazados participan en el teatro itinerante.
Faldas largas, polainas y tirantes, esta es la moda que impera el fin de semana en Veguellina, en el Mercado Tradicional a los años 50. Durante el sábado y el domingo, de 12 de la mañana a 12 de la noche, el centro del pueblo se colma con los puestos de los mercaderes, que van desde el herrero hasta la tienda de pasteles, pasando por un taller de instrumentos de cuerda. Además, hay un sinfín de actividades para imbuir a los curiosos en la moda de estos años, como la proyección de cine clásico o la ruta de coches 600.
La inauguración oficial tuvo lugar ayer a las 12:30, con un ambiente moderado, pero con muchas esperanzas, «la afluencia sigue siendo la misma a pesar de que haya crisis, a lo único que afecta es a las ventas», comentó María José Rubio, una mercader especializada en la cestería que viene desde Alicante. Destaca el patio dedicado al recreo de los niños, con juegos como la rana, rompecabezas o las damas. A ellos también van destinadas actuaciones como la del cuentacuentos que se repite cada hora, o la carrera de sacos. «Es genial que se organicen cosas así para que la gente pueda rememorar como se vivía antes», apuntó Sandra Díez, vendedora de orujo de Santibáñez del Bernesga. En agradecimiento a todos los que se acercan a su puesto les ofrece un chupito de orujo del que más gusten, «Tú lo que quieres es que vea doble», rie una anciana que ha saboreado sus productos.