Los vecinos homenajean a su párroco por sus bodas de oro
Una pancarta conmemorativa y un elegante ramo de flores que bordeaba el arco de la entrada de la iglesia de Sorribos de Alba, presidieron ayer los actos de las bodas de oro del párroco Antonio Suárez Rodríguez, hijo adoptivo del pueblo, que recibió el calor de toda la congregación eclesiástica, de los vecinos, y de sus familiares.
La homilía, presidida por el propio anfitrión, estuvo concelebrada por varios sacerdotes del arciprestazgo del Bernesga y por su sobrino Abel. Durante el sermón, se alabó la amplia trayectoria del párroco, ante la atenta escucha por parte de los feligreses. Una ceremonia especial para celebrar el 50 aniversario de sacerdocio del párroco, en la que se dejó patente su humildad, cariño y confraternidad con todos los vecinos de la localidad roblana de Sorribos.
De la misma forma correspondieron los vecinos, con un gran homenaje hacia un hombre «que es hijo del pueblo aunque ahora no sea párroco de aquí». Al final de la misa, se inmortalizó el momento con una foto de familia en la que también se encontraba presente el alcalde pedáneo, Francisco Javier Suárez Sierra y otros familiares del homenajeado.
Antonio nació en Sorribos en 1936, e ingresó en los seminarios de Valdedios, Oviedo y León en los 40. Su destino pastoral ha pasado por numerosas parroquias de la provincia, siendo además miembro del Consejo Económico de la Diócesis de León y del Patronato de Nuestra Señora de La Regla. Además, desde el año 1989 ostenta el cargo de director de la Sección de Patrimonio Inmueble de la Diócesis de León.