Saulo-Zapatero
Carta te escribo martín martínez
Querido hermano: Sí, como Pablo (Saulo de Tarso), más tarde San Pablo, nuestro expresidentes quedó cegado y cayó del rocín. Ignoro cómo ha sido el batacazo, pero por lo visto y oído no le afectó a la crisma. Saulo, una vez que se sacudió el polvo, se dedicó al arte epistolar para adoctrinar a romanos, gálatas y tesalonicenses entre otros; puedes leer sus cartas. Zapatero, si cumple su promesa, cuenta nubes en las afueras de Madrid; y parece que una descorrió el velo. Como los tiempos avanzan que es una barbaridad, dejó el cálamo y el papiro, tomó un reactor que alguien pagará y se fue a visitar infieles que son muy fieles a Alá, que así se lo pide su profeta Mahoma. Y allí, en Qatar, donde deben bañarse en petróleo —nunca he ido— se le abrieron todos los sentidos al leonés de Valladolid. El don de la palabra se le desbordó, entonó el mea culpa y nos salió profeta. En esa tele que nos da todas las noticias de Alqaeda nos pronosticó, al menos, dos años tiesos como la mojama; quiera el Dios de los cristianos, con la ayuda de Alá que esta visión zapateril salga rana (aunque sea peluda) como la desgraciada de los brotes verdes de antaño. Con esa cara angelical repartió la culpa del estado catatónico en que está España postrada, siendo él y cuatro más que ahora surgen redentores los culpables del desaguisado. Lo sabe y dicen que ha vuelto a contar nubes; que vengan de a montón, así lo entretenemos. No obstante, hermano, pásale el recado al alcalde Gutiérrez; que no se empecine y busque un vial que en sus extremos pueda poner: «Calle de Rodríguez Zapatero. Presidente del Gobierno. (2004-2011)». Que lo cerril, digo lo valiente no quita lo cortés.
Y aquí me tienes, alegre como unas castañuelas. Primero, porque desde el Ayuntamiento han creado el premio periodístico «Maite Almanza», en honor y recuerdo de nuestra Maite, la del Diario. Aún no sé el nombre de los cuatro patrocinadores económicos del mismo, pero quiero que queden aquí mis gracias particulares anticipadas. De corazón. Sin hacer caso a Nolete; picajoso como nunca dijo: no entiendo cómo lograron esos euros si para el bicentenario no han logrado ni uno. Ni caso, tú; antes de toparme con él había realizado un largo y tortuoso vía crucis penitencial; y claro.
Alegre estoy porque lo del bicentenario, escasísimo de euros, ciertísimo, va capeando el temporal, como hicieron los recreadores internacionales en Valdeviejas. Habrá medalla conmemorativa que se salvó por un tris de ser nonata; habrá —ya están— jornadas gastronómicas del «Borrallo»; habrá solemne Tedeum en la catedral, el día 19 de agosto, con repique general de todas las campanas de la ciudad, y corona de laurel para Santocildes y Tiburcio; ese día se cumplirán los 200 años de la expulsión de los franceses de nuestra ciudad. Habrá el 19 de octubre celebración y recuerdo del primer Ayuntamiento constitucional; y claro ya está organizado, para noviembre, el congreso internacional sobre aquella dichosa guerra en Astorga.
Pero hay más querido; los buenos oficios de Arsenio, alma mater de estas celebraciones —alguien apunta que dichos oficios le costaron un par de fines de semana; la idea sólo uno, organizarlo el segundo—, esos buenos oficios, digo, han hecho que los días 22 y 23 de septiembre se celebre en Astorga un congreso; nacional en su XII edición, internacional en la VII; la organización de la «Sociedad Española de Historia de la Odontología». Pero lo bueno es que las ponencias a presentar versarán sobre la Odontología en España en los primeros años del siglo XIX. O sea, englobado el congreso en la Guerra de la Independencia. Espero que le saquen alguna muela sana a los franceses y le curen la piorrea, que sería pandemia, a los españoles. Cuídate hermano.