Los encerrados cogen el sueño

«Están bien y comienzan a acostumbrarse a vivir en el interior de la mina», comentó ayer la mujer del minero Miguel Ángel González, encerrado desde el 11 de julio en el interior del pozo de Santa Cruz con otros cuatro compañeros: Luis Ángel Castañeda, Eliseo Otero, Ivo Nitkov y José Antonio Páez. Mónica Espantoso es la mujer de Miguel Ángel, que ayer le comentó que tras ocho días de encierro, ya había dormido bien en el habitáculo que dejaron preparado los siete mineros que les precedieron en el encierro

La novia de Eliseo Otero, la alicantina Noelia Rizo, se emocionó ayer al ver el mensaje que a través de este periódico le lanzó su minero. «Llore un poco cuando lo leí, estoy muy orgullosa de él», comentó la mujer que recientemente se ha trasladado al Bierzo desde Torrevieja. Ahora, el conflicto minero llega hasta la costa mediterránea, donde su familia se informa de lo que aquí ocurre a través de las redes sociales y de los medios de comunicación. «La crisis no es sólo de la minería, pero ahora a mí me ha tocado esta más directamente», comentó Noelia Rizo, después de hablar con su novio por el telefonillo con el que mantienen el contacto los encerrados con el exterior.

Las tardes en la bocamina están ahora marcadas por el intenso calor. A medida que baja la tarde, la explanada que precede al interior se va llenando de vecinos, familiares y amigos que respaldan el encierro de los cinco de Santa Cruz, que apoyan la lucha de los mineros y que también apuestan por el futuro del carbón.

«Le vi muy guapo en las fotos, ha engordado y están muy animados», precisó la mujer de Miguel Ángel, quien comentó que los encerrados estaban ayer muy pendientes de lo que se publicó sobre su encierro, después de que un grupo de periodistas bajaran a visitarles. La rutina continúa tras las conversaciones con el exterior y para evitar que se entumezcan los músculos, los cinco de Santa Cruz han comenzado a dar largos paseos por el interior del pozo.